(InfoCatólica) El encargado de impulsar este homenaje y dar el discurso inicial fue el legislador oficialista Rodrigo Goñi, del Partido Nacional, parte de la coalición de gobierno. Goñi, quien se identifica como católico, estuvo presente en la histórica ceremonia de beatificación, al igual que aproximadamente 20.000 personas. Esta fue la primera vez que se llevó a cabo una beatificación en Uruguay.
Durante aproximadamente 15 minutos, Goñi destacó la importancia de Jacinto Vera en la historia de Uruguay como primer obispo y su papel destacado durante una época llena de conflictos. Además, calificó la beatificación como un regalo invaluable para la sociedad uruguaya.
Goñi expresó su agradecimiento al Papa Francisco, quien posiblemente visite Uruguay en 2024 si se confirma su viaje a Argentina. También resaltó que Jacinto Vera, además de ser el primer obispo de Uruguay, era un gaucho que recorrió todo el país y murió trabajando incansablemente.
«El legado de Jacinto Vera vive», enfatizó Goñi. Parafraseando al poeta Juan Zorrilla de San Martín, quien pronunció la famosa frase «El santo ha muerto» durante el multitudinario funeral de Vera a finales del siglo XIX, concluyó diciendo:
«Con el legado de Jacinto Vera se humanizará nuestro Uruguay. Nos queda a nosotros la enorme responsabilidad de mantener -ahora sí y para siempre- muy vivo el legado de Jacinto Vera como referencia ética, actual y necesaria para proyectarnos y avanzar hacia lo nuevo, pero sin perder la humanidad tan propia de nuestra rica identidad nacional. Viva el legado de Jacinto Vera para un mejor Uruguay».
Tras el discurso de Goñi, otros representantes políticos de diferentes partidos tomaron la palabra, incluido el diputado del Partido Colorado, Jorge Alvear, perteneciente a la coalición de gobierno. Alvear, originario de Canelones, departamento donde Vera vivió durante varios años en la primera etapa de su vida y se desempeñó como cura vicario antes de convertirse en vicario apostólico de Montevideo y, posteriormente, en el primer obispo, afirmó que Vera fue «un uruguayo dedicado a los uruguayos».
«Trascendió lo religioso, es alguien que nos va a representar en el mundo», subrayó el diputado colorado, quien también solicitó que en 2024, cuando se cumpla un año de su beatificación, Vera tenga un homenaje en Canelones.
Finalmente, durante su discurso, Alvear también mencionó que el día en que se realizó el homenaje en el Parlamento de Uruguay, que reconoció tardíamente la figura de Vera, coincidió con el aniversario de la primera misa de Vera, que tuvo lugar el 6 de junio de 1841 en Buenos Aires (se cumplieron 182 años).
Después de Alvear, otros representantes como Alfredo Fratti (Frente Amplio, oposición), Elsa Capillera (Cabildo Abierto, coalición de gobierno), Lourdes Ontaneda (Frente Amplio, oposición), Alexandra Inzaurralde (Partido Nacional, coalición de gobierno) y Federico Casaretto (Partido Nacional, coalición de gobierno) se sumaron al homenaje a Vera.
Todos ellos coincidieron en la oportunidad del homenaje a Vera, a un mes de su beatificación, y destacaron algunos episodios que confirman que la figura de Vera representa el servicio, la solidaridad y la unidad más allá de las diferencias políticas.
Durante la sesión de homenaje al beato, también estuvieron presentes miembros de la jerarquía católica, como el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla; el nuncio apostólico, monseñor Gianfranco Gallone; los obispos de Mercedes (Soriano), monseñor Carlos Collazi; de Melo (Cerro Largo), monseñor Pablo Jourdan; el obispo emérito de Canelones, monseñor Alberto Sanguinetti; el obispo de San José, monseñor Fabián Antúnez; el obispo emérito de Minas (Lavalleja), monseñor Jaime Fuentes, y el obispo auxiliar de Montevideo, monseñor Luis Eduardo González.