(Asia News/InfoCatólica) «Un programa compartido de acciones destinadas a poner en diálogo la pastoral familiar con los centros de estudio e investigación sobre la familia que existen en las universidades católicas de todo el mundo». Así definió el mismo Papa Francisco en un mensaje al Family Global Compact, una nueva iniciativa presentada en el Vaticano por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales para promover «un pensamiento global e integral» sobre la familia basado en la antropología cristiana.
El Family Global Compact es fruto del trabajo coordinado por el Centro Internacional de Estudios sobre la Familia (CISF), que encuestó a nada menos que 373 universidades católicas de todo el mundo sobre las actividades académicas relacionadas con la familia en su contribución a la economía, la sociedad, el desarrollo de la persona humana y el bien común. De las respuestas que se recogieron y de una reflexión compartida con una treintena de las universidades que manifestaron mayor interés en el proyecto, nació un documento -disponible en la web familyglobalcompact.org- que identifica algunas áreas temáticas cruciales y para cada una de ellas sugiere líneas de investigación para el mundo académico.
El objetivo consiste en cuatro pasos que las universidades católicas de todo el mundo están invitadas a dar juntas: en primer lugar, activar un proceso de diálogo y de mayor colaboración entre los centros de estudio y de investigación que se ocupan de temas de familia, para hacer más fructíferas sus actividades. Junto a esto, crear una mayor sinergia, en contenidos y objetivos entre las comunidades cristianas y las universidades católicas. Por parte de la sociedad civil, fomentar la cultura de la familia y de la vida, para que surjan propuestas y objetivos útiles para las políticas públicas. Por último, una vez identificadas, armonizar y apoyar las propuestas que surjan para que el servicio a la familia se sostenga a nivel espiritual y pastoral, pero también cultural, jurídico, económico y social.
«En la familia -escribió el Papa Francisco en el mensaje que acompaña al documento y resume su espíritu- se realiza la mayor parte de los sueños de Dios para la comunidad humana. No podemos, por tanto, resignarnos a aceptar su declive en nombre de la incertidumbre, el individualismo y el consumismo, que prevén un futuro de individuos que piensan en sí mismos. No podemos ser indiferentes al futuro de la familia, comunidad de vida y de amor, alianza insustituible e indisoluble entre el hombre y la mujer, lugar de encuentro de las generaciones, esperanza de la sociedad. La familia -añadió el Pontífice- tiene efectos positivos para todos, porque es generadora del bien común: las buenas relaciones familiares representan una riqueza insustituible no sólo para los cónyuges y los hijos, sino para toda la comunidad eclesial y civil».
«Agradezco, por tanto, a todos los que se han adherido y a los que se adherirán al Family Global Compact», concluyó el papa, «y los invito a dedicarse con creatividad y confianza a todo lo que pueda contribuir a volver a poner a la familia en el centro de nuestro compromiso pastoral y social».