(CWR/InfoCatólica) La edición original alemana del libro de Gerhard Cardinal Müller se titulaba «Was ist katholisch?», traducido al español, «¿Qué es ser católico?».
El libro, publicado recientemente por Emmaus Academic en inglés con el título de «True and false reform", consta de cinco capítulos:
- Ser católico en la situación espiritual contemporánea.
- La vida católica con Dios en la Iglesia.
- Origen y perfil del concepto «católico».
- «Católica»: el atributo de la única Iglesia de Cristo que vincula a todas las comuniones cristianas.
- Quo vadis, ecclesia catholica?
El cardenal Müller apela a «principios epistemológicos de la teología católica» para justificar su visión del catolicismo. Garantías como la Sagrada Escritura, la Tradición –que incluye los Concilios Ecuménicos, los doctores de la Iglesia, los teólogos fieles de un mismo sentir con la Iglesia– y el Magisterio.
El cardenal Müller es un hombre del Concilio Vaticano II, que implícitamente se basa en los principios de que «el Concilio debe interpretarse en continuidad con la gran Tradición de la Iglesia, incluidos los concilios anteriores. La Iglesia es una y la misma a lo largo de todos los concilios» y de que «no se puede hacer oposición entre el espíritu y la letra del Vaticano II».
Esta reseña se centra en tres áreas de investigación de este libro. Uno es la respuesta de Müller a la pregunta de qué significa ser católico en el primer cuarto del siglo XXI. Hay una segunda área que se llamará la dimensión apologética –la defensa de la fe cristiana– de la visión de Müller del cristianismo católico. La tercera es la cuestión metateológica y filosófica relativa al desarrollo de la doctrina cristiana.
Verdad y realidad. Apologética católica
A lo largo de su libro, Müller deja claro el realismo filosófico que subyace en el catolicismo. «La visión realista de la revelación y la voluntad salvífica de Dios, que abarca a todo el ser humano, implica una epistemología realista y una visión de la identidad de la verdad y la realidad». Esta visión presupone un realismo epistémico, a saber, que podemos conocer la verdad sobre la realidad, y, también, la identidad de verdad y realidad: una proposición es verdadera si y sólo si lo que afirma es de hecho el caso sobre la realidad objetiva; de lo contrario, es falsa.
Fundamental para el desarrollo doctrinal es la idea de «revelación proposicional». John Henry Newman sostenía que las verdades reveladas, lo que él llamaba «verdades sobrenaturales del dogma», han sido «irrevocablemente comprometidas con el lenguaje humano». La revelación escrita de Dios, según la lectura que el difunto Ian Ker hace de Newman, «implica necesariamente una revelación proposicional».
Sin duda, la teología católica, en su empeño por comprender la lógica más profunda del acontecimiento de Cristo, ha ofrecido el potencial racional de la fe revelada, combinado con una recepción crítica de la filosofía desde sus inicios griegos, como respuesta al desafío de nuestra frágil existencia en el mundo finito.
Con este trasfondo, Müller afirma: «Con respecto a los no creyentes, el católico opina que es imposible un ateísmo perseguido sin contradicciones». Müller se niega a aceptar la presunción del ateísmo, como si el ateísmo fuera racional sin discusión, y la carga de la prueba recayera sobre el cristiano. No hay razón para aceptar esta presunción. Así pues, la apologética se ocupa de la racionalidad de la fe cristiana. Además, añade: «La Iglesia es una espina clavada en la carne de la crítica materialista y atea de la religión».
En la cultura actual, predominante en el pensamiento postmetafísico, se bloquea la comprensión hacia el origen trascendente del mundo y la autoridad de la ley moral natural como fundamento de la dignidad humana. En este pensamiento, la autorrevelación de Dios no representa un punto de referencia para la autocomprensión y relación con el mundo. El Evangelio de Cristo se considera un conocimiento enrevesado del hombre sobre sí mismo, cuyo contenido ético y estético debe ser descubierto.
El potencial racional de la fe revelada resuelve cuestiones sobre el sentido de la existencia humana y su unicidad ontológica, rechazando el materialismo y afirmando que el hombre no es solo una constelación material. La apologética también aborda la cuestión de la vida con todos sus sufrimientos y luchas, y la respuesta es que solo reconociendo a Dios como origen y meta de todo ser y sentido de nuestra vida, todo tiene sentido.
La fe como visión católica del mundo y de la vida
El tercer aspecto del libro de Müller trata de la fe cristiana como visión total del mundo y de la vida, porque encarna la verdad sobre toda la vida humana. «El catolicismo no es sólo algo contenido en la doctrina, sino también un estado de ánimo y una forma de vida». En el centro de esta visión del mundo y de la vida hay un conjunto de creencias orientadas a la vida sobre la Creación, la Caída, la Redención y la Consumación.
Por último, Müller enuncia un principio que ahora más que nunca debemos tener en cuenta:
«Es parte de la higiene espiritual de los católicos protegerse siempre –en las cuestiones existenciales de la existencia humana– de los virus ideológicos y de las pandemias eclesiológicas y, más allá del tradicionalismo y del progresismo, orientarse únicamente por la verdad de Dios en el Evangelio de Cristo. Ésta es la palabra de Dios en la Sagrada Escritura y en la Tradición Apostólica, especialmente en el Credo y en la Divina Liturgia, y en el testimonio vinculante y la interpretación que de ella hace el Magisterio de la Iglesia».