(ACIPrensa/InfoCatólica) Durante la tarde del 3 de mayo, un individuo entró a la parroquia de Santa María Magdalena en el poblado de Kino, ubicado en la Arquidiócesis de Hermosillo, en el estado de Sonora, México. Dentro del templo, el sujeto profanó la iglesia y causó daños a varias imágenes sagradas que se encontraban allí.
El objeto de vandalismo dentro de la parroquia fue la capilla de San Francisco Javier, la cual resultó con muchos daños. Esta capilla es conocida por albergar los restos del P. Francesco Chini, también llamado P. Kino, quien fue un misionero de la Compañía de Jesús que evangelizó la región noreste de México y el sur del estado actual de Arizona en Estados Unidos.
El padre Abraham Hernández López, quien es el encargado de la parroquia de Santa María Magdalena, describió en una conversación con ACI Prensa que la profanación sucedió cerca de las 5:00 p.m. hora local. El agresor, identificado como un hombre, ingresó al templo y comenzó a derribar todas las imágenes presentes en la capilla en cuestión, informó.
El sacerdote también dijo que «todas las imágenes que teníamos allí, entre ellas San Charbel», fueron tumbadas y muy dañadas, y afirmó que el sujeto responsable «se hace llamar profeta» y acusa a los católicos «de fanatismo» debido a que veneran a los santos.
«Nunca nos había pasado algo así», dijo, teniendo en cuenta que el templo «siempre ha estado abierto las 24 horas». «Gracias a Dios no tocaron el Santísimo Sacramento», destacó el padre Hernández, viendo el lado bueno de las cosas.
Después de mencionar que se han llevado a cabo algunas acciones para reparar el daño, el sacerdote alentó a la comunidad a unirse en oración.
Este es el motivo del comunicado emitido por la Arquidiócesis de Hermosillo del 4 de mayo, en el que expresan su «profunda preocupación y tristeza» por los «lamentables actos de profanación».
De igual forma, la arquidiócesis expresó su agradecimiento a las autoridades por la detención del individuo responsable de la profanación, y enfatizó la importancia de fortalecer la seguridad de los lugares de culto y otros espacios sagrados.
Finalmente, incentivaron a «trabajar para reconstruir el tejido social y avanzar en el respeto a las diversas manifestaciones religiosas, buscando la paz a la que tanto nos invita el Señor».
