(ACI/InfoCatólica) Monseñor González Montes resalta que la Constitución revelada "no hubiera sido posible sin la convergencia doctrinal lograda por el diálogo ecuménico en los últimos 40 años" y alude a la Declaración del día 20 de octubre del Arzobispo católico de Westminster, Vincent G. Nichols, y el Arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, en la que queda explicito que "estos anglicanos que llegan a la Iglesia Católica son en su mayoría anglocatólicos de la llamada 'ala alta', que forma parte del ordenamiento eclesiástico del anglicanismo junto con el 'ala baja' o evangélica.
El obispo de Almería sostiene, sin embargo, que "no han pedido la comunión católica por esta sola razón, sino porque, además de esto, vienen experimentando que la crisis dogmática y disciplinar del anglicanismo pone gravemente en peligro la común tradición de fe apostólica que ha hecho posible la convergencia doctrinal lograda durante las últimas décadas
"Estos anglicanos --explica-- han experimentado en sus carnes el riesgo del cambio eclesial propiciado por el progresismo ideológico que afecta al anglicanismo, poniendo en peligro la estructura sacramental de la fe no menos que la moral y la disciplina eclesiástica y afectando al acuerdo sustancial que hacía albergar a católicos y anglicanos la esperanza de avanzar con seguridad hacia la unidad visible de la Iglesia".
El presidente de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales subraya que hay "voluntad de proseguir dialogando ya que Roma quiere salvaguardar los derechos de la conciencia personal" que no pueden supeditarse, según afirma, "al ritmo y resultados del diálogo ecuménico, que Roma desea proseguir y estimular".
Al hilo de esto, señala que la Constitución Apostólica que reglamentará la entrada de anglicanos en la Iglesia Católica creará 'Ordinariatos diocesanos' análogos a los Ordinariatos militares, o tal vez los Vicariatos que el Código prevé "por razón del rito" para los católicos orientales "con el propósito --concluye-- de acoger a estos fieles sin que tengan que renunciar a la forma histórica de tradición espiritual, litúrgica y disciplinar del anglicanismo".