Maryam Bibi, hermana de la niña liberada, presentó una denuncia en la comisaría de Nishatabad, en la que afirmaba que el 24 de abril su hermano estaba participando en un concurso de vuelo de palomas cuando oyó gritos y salió corriendo a la calle: un grupo de agresores había atacado a Basharat y lo había matado.
Naveed Walter, presidente de Human Rights Focus Pakistan, comentó que el asesinato del padre cristiano parecía una venganza por haber llevado ante la justicia a los autores del secuestro de Hoorab.
La niña había sido raptada el 28 de diciembre de 2022 por dos comerciantes, Muhammad Mustafa y Muhammad Usman. Este último había convertido a la menor al islam para casarse con ella en la ciudad de Chiniot. Desde el 17 de febrero, la niña estuvo en un centro de acogida para mujeres que han sufrido violencia o maltrato (llamado Dar-ul-Aman) y sólo se le permitió regresar con su familia a finales de marzo, cuando manifestó ante la magistratura de Faisalabad su deseo de quedarse con su padre.
Basharat Masih era un obrero que trabajaba como jornalero después de haber perdido a su esposa, y Hoorab solía ir a la tienda de Muhammad Usman y Muhammad Mustafa para ayudar a su familia. Maryam Bibi dijo que las amenazas contra ellos no cesaron ni durante ni después de que se cerrara el caso judicial.
«El caso de Hoorab demostró una vez más que, incluso después de un juicio, las amenazas a los cristianos no terminan. Al ser objetivos fáciles, las minorías religiosas sufren secuestros, conversiones y matrimonios forzados. Los autores del asesinato de Basharat Masih deben ser llevados ante la justicia», añadió Naveed Walter.
Robin Daniel, activista de derechos humanos que ayudó a la familia a recuperar a Hoorab, reclama una legislación que prohíba este tipo de violencia: «Debe retomarse el proyecto de ley contra las conversiones forzadas, que el anterior gobierno rechazó por considerarlo anti-islámico, al igual que la aplicación de la ley sobre la limitación de los matrimonios infantiles».
«Considerar las conversiones forzadas como un servicio al Islam también hizo que los juicios fueran parciales y desafiantes», continuó el activista. «Basharat Masih fue asesinado porque era el padre de Hoorab. Vivimos en una sociedad en la que se mata a un padre que exigía justicia para su hija».