(GaudiumPress/InfoCatólica) Recientemente, la residencia del Obispo Auxiliar de Los Ángeles, el monseñor David O’Connell, asesinado el 18 de febrero, sufrió un robo después de que unos ladrones se llevaran un tabernáculo resguardado dentro de su vivienda.
Según informó Arquidiócesis de Los Ángeles, el sagrario estaba ubicado en la capilla personal del monseñor O’Connell, sin embargo, en su interior no se encontraban hostias consagradas.
De igual forma, la Arquidiócesis realizó un acta lo más rápido que pudo al enterarse del acto vandálico, pero todavía no obtienen muchos detalles del robo. Hasta ahora, solo se ha interrogado a un sospechoso.
Se comenta que lo más probable es que el robo ocurrió el día 25 de marzo, mientras monseñor José Gómez, arzobispo de Los Ángeles, se encontraba participando en una procesión eucarística en el centro de la ciudad, a más de 10 kilómetros de la residencia del monseñor O’Connell.
Mons. David O´Connell
El obispo David O’Connell tuvo una vida notablemente dedicada al servicio; era muy conocido por entregar apoyo de diversas maneras a inmigrantes y a personas con necesidad. Además, se sabía de su inmensa devoción por la Virgen María.
Nació en el año 1953, en Irlanda, y comenzó su camino sacerdotal en 1979, ordenado por la Arquidiócesis de Los Ángeles, y fue nombrado obispo auxiliar por el Papa Francisco en 2015.
Monseñor José Gómez asegura que el obispo O’Connell «era un pacificador con un corazón para los pobres y los inmigrantes y tenía pasión por construir una comunidad donde se honrara y protegiera la santidad y la dignidad de cada vida humana».
Su fallecimiento
Triste y lamentablemente, la vida del obispo David O’Connel acabó cuando un asesino disparó directamente a su pecho mientras se encontraba en el interior de su casa en Hacienda Heights.
Puesto que nadie estuvo presente en el momento del asesinato, la policía tuvo que iniciar una investigación para hallar al culpable. Tan solo dos días después del trágico suceso, interrogaron a Carlos Medina, un hombre de 65 años y esposo de la empleada del obispo, quien rápidamente confesó su culpa. No obstante, sus motivos no han sido develados.