(CNA/InfoCatólica) El Papa Francisco aceptó el sábado la renuncia de un obispo alemán que desempeñó un papel clave en el Camino Sinodal alemán y que había sido objeto de presiones por su gestión de los abusos sexuales clericales en su diócesis.
El obispo Franz-Josef Bode se había negado anteriormente a dimitir, a pesar de que un informe sobre abusos concluía que había gestionado mal los casos en su diócesis del noroeste de Alemania.
La Santa Sede anunció el 25 de marzo que el Papa Francisco había aceptado la petición de renuncia del obispo de Osnabrück, informó CNA Deutsch, el socio de noticias en alemán de CNA. Antes del anuncio del sábado no había indicios de que Bode hubiera presentado su dimisión.
El obispo de 72 años había sido vicepresidente de la conferencia episcopal alemana desde 2017.
Reaccionando a la noticia, el obispo Georg Bätzing (presidente de la conferencia) dijo el 25 de marzo: «Hoy pierdo a mi compañero más cercano en el Camino Sinodal, que todavía tiene muchas etapas por delante».
Hace sólo dos semanas, Bode saltó a los titulares al anunciar que aplicaría las resoluciones aprobadas en el controvertido proceso, incluida la introducción de la bendición litúrgica de las uniones homosexuales. Anteriormente había apoyado públicamente a las mujeres diáconos.
En una declaración publicada el sábado, Bode afirmó: «En los casi 32 años de mi ministerio episcopal, casi 28 de ellos como obispo de Osnabrück he cargado con la responsabilidad en una Iglesia que no sólo ha traído bendiciones, sino también culpas».
«Especialmente al tratar casos de violencia sexualizada por parte del clero, durante mucho tiempo yo mismo tendí a centrarme más en los perpetradores y en la institución que en las víctimas», admitió Bode. «Juzgué mal los casos, a menudo actué con indecisión, tomé muchas decisiones equivocadas y no estuve a la altura de mi responsabilidad como obispo».
Hasta hace dos meses, Bode se negó repetidamente a dimitir, a pesar de que un informe provisional sobre abusos publicado el 20 de septiembre de 2022 concluía que había gestionado mal los casos de abusos en la diócesis que dirigía desde 1995.
El informe provisional, de 600 páginas, se titulaba «Violencia sexual contra menores y vulnerables por parte del clero en la diócesis de Osnabrück desde 1945».
Según el informe, en las primeras décadas de su mandato, Bode mantuvo «repetidamente» en sus cargos a personas acusadas de abusos o las nombró para otros puestos, incluidas tareas de dirección en la pastoral juvenil.
En diciembre, un órgano consultivo de supervivientes de abusos sexuales pidió que se incoaran procedimientos canónicos contra Bode.
El consejo de víctimas dijo que había presentado una queja oficial en Roma y se refirió al decreto Vos estis lux mundi, emitido en 2019 por el Papa Francisco, que tiene como objetivo proporcionar normas y procedimientos para abordar el manejo del abuso sexual clerical. El Vaticano anunció el sábado que el papa ha aprobado una versión actualizada de esas normas, que ahora forman parte del derecho canónico.
En un comunicado que acompaña a la denuncia, el Consejo pide al arzobispo de Hamburgo, Stefan Heße, responsable de la arquidiócesis metropolitana, que tome «medidas de acción» contra Bode.
Además de Bode, otros destacados obispos alemanes han sido acusados de mala gestión de casos de abusos sexuales. Entre ellos se encuentran el iniciador del Camino Sinodal, el cardenal Reinhard Marx, el presidente del Camino Sinodal, el obispo Georg Bätzing -sucesor de Marx como presidente de la Conferencia Episcopal- y el arzobispo de Hamburgo, monseñor Heße.
Todos ellos han permanecido hasta ahora en sus cargos.