(CP/InfoCatólica) La iglesia parroquial de St. Fimbarrus está situada en la localidad inglesa de Fowey, en Cornualles, donde reside Dawn French, actriz y cómica de 65 años más conocida por su papel de Geraldine Granger en la serie de la BBC «El vicario de Dibley» durante 15 años.
El Consejo Parroquial ha aprobado una resolución para que no haya mujeres párrocos, algo que la reverenda Angela Berners-Wilson, primera mujer ordenada sacerdote de la Iglesia de Inglaterra, calificó de «vergüenza».
«Parece una vergüenza que sigan sin párroco porque no quieren a una mujer como sacerdote responsable del cargo. Es su derecho según la legislación acordada por la Iglesia-. Sin embargo, al menos aceptan el ministerio sacerdotal de las mujeres, ¡que ya es algo!», según Berners-Wilson.
El Sínodo General del la Iglesia de Inglaterra votó la ordenación de mujeres como sacerdotes en 1992, y las primeras tuvieron lugar dos años después. En 2014, votó a favor de que las mujeres fueran ordenadas obispas por primera vez. Sin embargo, corresponde a cada parroquia decidir quién dirigirá su congregación.
La parroquia de St. Fimbarrus decidió prohibir las mujeres párrocos después de que algunos miembros dijeran que abandonarían dicha iglesia a menos que estuviera dirigida por un hombre.
La presidente del consejo parroquial, Carol Carruthers, declaró que, aunque su iglesia evangélica se guía por la Biblia en todas las cuestiones de fe, y aunque la Biblia es clara sobre la igualdad, existe «un debate sobre el papel que desempeñan las mujeres en la iglesia».
«La Biblia, escrita hace 2.000 años, se adelantó a su tiempo en su actitud progresista hacia las mujeres. Sin embargo, existe un debate sobre las funciones que desempeñan las mujeres en la Iglesia. El consejo de la iglesia ha acordado una posición de compromiso en la que daremos la bienvenida a las mujeres sacerdotes para que enseñen la Biblia fielmente cada domingo y dirijan la comunión, pero buscaremos un sacerdote varón a cargo».
Y añadió: «Somos conscientes de que esto puede ser difícil de entender desde fuera de la iglesia, pero queremos defender con firmeza que esta postura no es sexista, está ampliamente establecida en la iglesia mundial y da cabida a todos los puntos de vista de los miembros de nuestra iglesia sin exclusión».