(LifeNews/InfoCatólica) Shaohannah Faith es una defensora de la vida quien, después de casi perder la suya, el día de hoy agradece estar viva y poder ayudar a niños y bebés a no pasar por destinos similares. He aquí un poco de su historia.
Nacida bajo la opresiva política china del hijo único, fue abandonada de bebé en una caja en la región de Guangxi, al sur de China. Más tarde, cuando era pequeña, una cariñosa mujer de Minnesota la adoptó y se la llevó a Estados Unidos, según informa The Epoch Times.
Muchos otros bebés -especialmente niñas- sufrieron destinos peores, muriendo por abortos tardíos forzados o infanticidio, cuyo conocimiento hace que Shaohannah esté aún más agradecida por su propia vida.
«Conocía la política china del hijo único desde que tengo uso de razón», declaró Faith a The Epoch Times. «La presión que ejercen sobre la gente para que tenga un solo hijo, y especialmente en una sociedad machista, para que sea varón. Sabía que yo era una de las muchas niñas abandonadas y básicamente dejadas a su suerte por culpa de esa política».
En la actualidad, como joven adulta, Shaohannah es una gran defensora de la vida que trabaja para salvar a otros bebés de vivir situaciones similares. Como coordinadora regional del área de Washington D.C. de Students for Life of America, habla con estudiantes universitarios y legisladores sobre el valor de la vida humana.
Por ejemplo, el pasado julio, testificó contra la legislación proabortista ante el Consejo de Washington D.C., preguntándoles: «¿Cuánto vale un niño como yo?». También planea participar en protestas a finales de este mes contra CVS y Walgreens por sus decisiones de empezar a vender píldoras abortivas, según el informe.
«Me encanta poder hacer algo que me apasiona», dijo al periódico. «Estoy muy bendecida porque tengo un equipo maravilloso, y es un equipo de personas que vienen de diferentes orígenes, (…) pero todos podemos unirnos en torno a este hecho de que el aborto acaba con la vida humana, y vamos a trabajar para ver que el aborto se convierta en algo impensable en nuestra vida».
Shaohannah dijo que no está enfadada con sus padres biológicos porque es consciente de lo terrible que fue la política del hijo único.
«Se trata de esta cultura de la muerte. Han creado esta devaluación de la vida en el vientre materno, y eso también lo tenemos aquí. No es algo nuevo», dijo. «Para mí, por eso parte de esta lucha por la vida de los nonatos es tan importante, porque es tomar partido contra la insensibilización y la deshumanización».
Bajo el mandato del Partido Comunista Chino, que terminó en 2016, a la mayoría de las familias solo se les permitía tener un hijo. Los defensores de los derechos humanos denunciaron numerosas esterilizaciones y abortos forzados y coaccionados, incluso hasta el noveno mes de embarazo, y un informe del Ministerio de Salud chino calculó 336 millones de abortos bajo esta política desde 1980.
Shaohannah comentó: «Entiendo que en un país como China haya mucha presión por parte del gobierno. Es posible que las decisiones que hayan tenido que tomar no hayan sido las que hubieran querido para mí. Pero estoy muy agradecida de que eligieran una opción en la que pude ser rescatada y vivir».
Dice sentirse agradecida de que su madre biológica le diera el regalo de la vida, y quiere ayudar a otras a hacer lo mismo con sus bebés.
«Un mensaje que quiero transmitir es que la vida es un regalo», concluyó Shaohannah. «Es un regalo que me han dado y por el que puedo seguir luchando, y verlo más apreciado que cuando nací».