(KathPress/InfoCatólica) Un capellán de una escuela anglicana fue despedido y denunciado ante el organismo gubernamental de control del terrorismo por exponer en un sermón el punto de vista cristiano sobre la política de identidad. El Dr. Bernard Randall recurrió ante el Tribunal Laboral, el cual falló a favor de su antiguo empleador, el Trent College de Nottingham.
Randall se enteró al comienzo del año académico 2018/19 de que su escuela, que representa un «ethos protestante y evangélico de la Iglesia de Inglaterra», había invitado a la organización Educate & Celebrate a la escuela.
Dicha organización iba a proporcionar más formación a los profesores sobre cuestiones LGBT. Randall informó que el director de la organización había instado a los profesores, entre otras cosas, a gritar juntos «aplastar la heteronormatividad», y declaró en una entrevista que todos los temores que había tenido de antemano se habían confirmado.
Tras formarse a través de Educate & Celebrate, el Trent College de Nottingham empezó a poner en marcha un programa LGBT para toda la escuela.
A petición de los estudiantes, Randall abordó la cuestión de las «ideologías en competencia» en un sermón en la capilla anglicana de la escuela en julio de 2019. Pidió respeto para los disidentes y la discusión, señalando que los estudiantes no necesitan adoptar la ideología LGBT. Instruyó a los estudiantes a no discriminar a nadie pues, según señala él mismo, no hay base para los ataques personales y los insultos.
Tras dar el sermón, fue denunciado al Terrorism Watchdog, perdió su trabajo en la escuela y la Iglesia de Inglaterra lo consideró un «riesgo para la seguridad». No se le ha permitido predicar durante los últimos tres años.
Randall presentó una demanda contra su despido, sin embargo, el tribunal falló a favor de la escuela. La jueza se basó en parte en una guía de la Iglesia Anglicana para colegios, que cita Educate & Celebrate como fuente reconocida. La «protección de los alumnos» y el cumplimiento de la normativa de las escuelas independientes debían tener más peso que el derecho del capellán a expresar sus opiniones en el entorno escolar, argumentó.
Para sus discursos, Randall se basó en las enseñanzas de la Iglesia de Inglaterra sobre el matrimonio y la sexualidad recogidas en el Libro de Oración Común y en el Derecho Canónico Anglicano. Es así que, próximamente recurrirá la sentencia, pues afirma que este caso no se refería sólo a su persona y su destino, sino a todos los que creen en la libertad de expresión, la libertad religiosa y un sistema educativo que intente inculcar una mentalidad abierta a los jóvenes y no ideologizarlos.