(Zenit/InfoCatólica) Anualmente, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de la ONU reúne en las Naciones Unidas a miles de defensores en temas de aborto y derechos sexuales para colaborar con delegados, dirigentes gubernamentales y organismos de la ONU, todo esto mientras los Estados pertenecientes a la ONU negocian un documento no vinculante al año.
Aunque pretenden tener ideales de «inclusividad» y «diversidad», las agencias de la ONU solo defienden ideales feministas occidentales progresistas, y no dan espacio para considerar las iniciativas ni opiniones de organizaciones provida y profamilia.
El panorama de la CSW se ha mostrado sumamente hostil con los grupos provida, habiendo destinado declaraciones antirreligiosas y anticatólicas al observador de la Santa Sede en la ONU.
Asimismo, una organización proabortista y defensora de la normalización de la homosexualidad y transexualidad, llamada Catholics for Choice, se encargó de organizar una presentación, la cual titularon: «Cómo la Iglesia Católica utiliza la “ideología de género” para amenazar los derechos humanos».
En dicha presentación, la influencia de la Santa Sede (y la Iglesia Católica en general) en negociaciones con la ONU fue condenada, junto a toda postura y creencia que defienda ideas provida o que los hombres y las mujeres son sexos complementarios.
Jamie Manson, el presidente de Catholics for Choice, se refirió a la realidad binaria del género como el «verdadero ídolo ahora en la Iglesia en estos días».
Continuando con las acusaciones que se han realizado contra la Iglesia Católica, Dianne Willman, mujer sudafricana integrante de la iniciativa Roman Catholic Womenpriests y que se autoidentifica como «sacerdote», aseguró que el rechazo de la ordenación sacerdotal en mujeres en la Iglesia se trata nada menos que de un «apartheid de género», haciendo una comparativa con los crímenes cometidos durante el Apartheid sudafricano.
Entre las acciones que vienen realizando las ONG de la CSW, también se encuentra un llamado a favor de proclamar el aborto como un «derecho internacional», así como los derechos sexuales. Para ello, la Dra. Tlaleng-Mofokeng, quien labora actualmente como relatora especial de la ONU sobre el derecho a la salud, proveedora de abortos y autoproclamada «católica rebelde», preparó un panel tecnológico sobre salud y derechos sexuales y reproductivos.
Una de las panelistas que participó fue Dana Northcraft, directora fundadora de RHITES, una ONG que se dedica a impulsar y compartir servicios de «telesalud» para abortos. Northcraft compartió su desánimo a causa de la anulación de Roe V. Wade, asegurando que «queremos más que Roe… la gente siempre ha gestionado los abortos por sí misma, independientemente de la política, y seguirá haciéndolo independientemente de cómo actúen los organismos gubernamentales».
Los únicos actos provida que la ONU permitió, estuvieron cargados de reacciones negativas y acoso verbal. Esto se pudo ver el 9 de marzo en un acto donde la coalición Amigos de la Familia expuso temas como los derechos de los padres, los contenidos ilegales, los riesgos de los depredadores sexuales y el robo de menores mediante la tecnología moderna.
A punto de clausurar el acto por completo, muchos de los asistentes comenzaron a atacar la exposición, calificando a los panelistas de intolerantes, homófobos y acusándolos de perpetuar «espacios inseguros».
Ya son un hecho las intenciones de la ONU, quienes han dejado en claro a través de sus documentos y declaraciones que están determinados a tolerar cualquier perspectiva, menos aquellas que sean «nocivas y discriminatorias», que defiendan la familia y la vida como los pilares de la sociedad.