(Asia News/InfoCatólica) El asunto tiene que ver con una enemistad entre familias: en noviembre de 2022, Khadim Masih, sobrino de Irshad Masih (padre de Aneeta), se había trasladado a casa de su tío por motivos de trabajo y había empezado una relación con una chica musulmana, Imdad Nabi, perteneciente a la tribu Jakharani, muy influyente en Sindh. A mediados de febrero, Khadim Masih e Imdad Nabi huyeron juntos al Punjab, pero el padre de la joven musulmana, Nabidad, pensó inmediatamente que la habían secuestrado. Por lo tanto, denunció a Irshad Masih, que intentó ponerse en contacto con su sobrino sin éxito.
Unas semanas después, Nabidad atacó la casa de Irshad Masih junto con un grupo de unos 20 musulmanes. Después de torturar a las mujeres de la familia, secuestraron a Aneeta y amenazaron con llevarse también a otras jóvenes cristianas.
En ese momento, Irshad Masih, junto con otros fieles cristianos del pueblo, acudió al padre Ashfaq, párroco de la localidad, para pedirle ayuda. El sacerdote, gracias al apoyo de Arif Masih (ex diputado de la Asamblea Provincial de Sindh) y de un grupo de activistas sociales, consiguió recuperar a Aneeta después de ocho horas de búsqueda. Sin embargo, Nabidad siguió amenazando a la familia cristiana, acusándola de insultarlo y de secuestrar a su hija.
A petición del párroco, la oficina de la Comisión Católica de Justicia y Paz (CCJP) de la diócesis de Hyderabad se hizo cargo del caso y prestó asistencia jurídica a la familia de Irshad. Con la ayuda de monseñor Samson Shukardin, obispo de la diócesis de Hyderabad, la familia de Irshad fue trasladada a otro pueblo, donde vive escondida para evitar nuevos incidentes o represalias.
El traslado fue posible gracias a la intervención de la policía, ya que los musulmanes del lugar no querían permitir que la familia huyera y se llevara sus bienes personales, por lo que fue la Iglesia local la que les proporcionó catres y utensilios de cocina.
Mientras tanto, en los últimos días, encontraron a Imdad y se la entregaron a su padre.
«En primer lugar condenamos el acto de Khadim Masih e Imdad, que crearon confusión entre musulmanes y cristianos. Todas las familias cristianas del pueblo tuvieron que sufrir por ellos», comentó el activista y político Arif Masih, entrevistado por AsiaNews. «Por otra parte, sin embargo, el ataque a la casa de Irshad Masih y el hecho de que los musulmanes torturaran a las mujeres cristianas es un acto ilegal e inhumano. Utilizaron su poder e influencia porque son musulmanes. Atacaron a la familia cristiana porque sabían que eran un blanco fácil, al ser una minoría, y secuestraron a una de sus hijas, que era completamente inocente. Ahora la familia cristiana no puede entrar en el pueblo porque todavía está amenazada por los musulmanes», continuó Arif Masih.
«Los religiosos cristianos y musulmanes deben desempeñar su papel positivo para crear un ambiente de armonía entre estas dos comunidades. En la provincia de Sindh hay muchos casos de secuestro y conversión forzosa de niñas menores de edad que pertenecen a las minorías, porque los culpables saben que son pobres y no pueden levantar la voz contra ellos. El Estado debería tomar medidas serias para proteger y salvar a las niñas de las minorías».
