(ADF/InfoCatólica) El parlamentario Andrew Lewer propuso una enmienda para permitir la oración silenciosa y las conversaciones consentidas en las zonas de censura, pero no fue aprobada por 116 votos a favor y 299 en contra.
«La votación de hoy marca un momento decisivo para los derechos y libertades fundamentales en nuestro país. El Parlamento tuvo la oportunidad de rechazar la criminalización del libre pensamiento, que es un derecho absoluto, y abrazar la libertad individual para todos. En lugar de ello, el Parlamento optó por respaldar la censura y criminalizar actividades pacíficas como la oración silenciosa y la conversación consentida», declaró Jeremiah Igunnubole, asesor jurídico de ADF UK, la organización legal que trabaja para promover las libertades fundamentales.
«Hoy es el aborto. Mañana podría ser otro tema de debate político. El principio sigue siendo que el gobierno nunca debería poder castigar a nadie por rezar, y mucho menos por rezar en silencio y mantener una conversación pacífica y consentida. Afortunadamente, cuando la cláusula preveía inicialmente penas de prisión para los condenados por participar en estas actividades pacíficas cerca de centros abortistas, la pena se ha reducido ahora a una multa. Sin embargo, es muy lamentable que el Parlamento, que existe para proteger y defender los derechos del electorado, haya adoptado una postura clara en contra de las libertades fundamentales, abriendo la puerta a la persecución de los delitos de pensamiento en todo el país», continuó.
Preocupación por la criminalización del pensamiento
La votación se produce a pesar de que la revisión más reciente del gobierno (2018) encontró que las zonas de censura serían una restricción innecesaria y «desproporcionada» de los derechos, dado que el acoso ya está penalizado por la legislación vigente, y se encontró que los casos de acoso fuera de las instalaciones de aborto eran «raros».
Lo más frecuente, según el estudio, es que los voluntarios recen u ofrezcan folletos sobre los servicios de ayuda disponibles para las mujeres interesadas en alternativas al aborto.
Según una encuesta realizada por la BBC el año pasado, casi 1 de cada 5 mujeres que abortan lo hacen contra su voluntad.
Detenciones por rezar en silencio
La medida llega al día siguiente de conocerse que la voluntaria benéfica Isabel Vaughan-Spruce fue detenida por segunda vez por rezar en silencio, en su mente, cerca de un centro abortista de Birmingham, donde las autoridades locales han implantado una «zona de seguridad» mediante una Orden de Protección de Espacios Públicos.
La detención, a la que asistieron seis agentes de policía, se produce sólo unas semanas después de que la Sra. Vaughan-Spruce fuera declarada «no culpable» por la misma actividad por el Tribunal de Magistrados de Birmingham. Había sido acusada penalmente en diciembre basándose en que sus rezos silenciosos e imperceptibles equivalían a «intimidación».
La fiscalía no pudo presentar ninguna prueba ante el tribunal que corroborara el «delito de pensamiento», y el nombre de la Sra. Vaughan-Spruce quedó limpio, junto con el del padre Sean Gough, que fue acusado de forma similar y absuelto.
«Hace sólo tres semanas, el Tribunal dejó claro que mis oraciones silenciosas no eran un delito. Y, sin embargo, de nuevo, he sido detenida y tratada como una criminal por tener exactamente los mismos pensamientos en mi cabeza, en el mismo lugar. La ambigüedad de las leyes que limitan la libertad de expresión y de pensamiento -incluso en conversaciones pacíficas y consentidas o en oraciones silenciosas e internas- conduce a una confusión abyecta, en detrimento de nuestros derechos fundamentales esenciales. Nadie debe ser criminalizado por sus pensamientos», afirmó Isabel Vaughan-Spruce.
«La introducción hoy por el Parlamento de zonas de censura en todo el país significará que muchas más personas inocentes como Isabel Vaughan-Spruce serán injustamente criminalizadas por sus pensamientos silenciosos, o por ofrecer pacíficamente folletos sobre la ayuda caritativa disponible para las mujeres que quieran conocer otras opciones. En nombre de la elección, estas zonas en realidad eliminan las opciones disponibles para las mujeres. Una sociedad libre nunca debe prohibir el intercambio pacífico de información», comentó Igunnubole.
Diputados expresan su preocupación
En su intervención en el Parlamento, el diputado conservador Andrew Lewer (Northampton Sur) respaldó su propuesta de enmienda para proteger la oración silenciosa y la conversación consentida. Condenó el acoso contra las mujeres en cualquier circunstancia, pero dejó claro que tales acciones están «a un mundo de distancia» de que la policía pueda detener a personas e interrogarlas por rezar en silencio.
«La policía no debería preguntar '¿En qué estás pensando?'», dijo Lewer.
«La censura de este tipo es una pendiente notoriamente resbaladiza. Puede que hoy no se criminalicen tus pensamientos, pero creo que todos deberíamos tener cuidado de no abrir la puerta a que mañana se haga lo mismo con otras opiniones que la gente pueda tener sobre otra cosa», continuó el diputado.
Sir John Hayes, diputado por South Holland y The Deepings, subrayó que esta enmienda no debe verse como una oportunidad para debatir sobre el aborto, sino que se trata de proteger la libertad de expresión. «Se trata de la libertad, no del propósito de la libertad ni de su ubicación. Se trata de la capacidad de pensar, hablar y rezar libremente», explicó.
Danny Kruger, diputado por Devizes, en Wiltshire, advirtió a los demás diputados de que «estamos dando un paso trascendental, estamos cruzando un río enorme. Cuando criminalizamos la oración... o incluso las conversaciones consentidas... estamos haciendo algo de enorme trascendencia». Terminó su intervención con la pregunta: «¿Qué estamos haciendo al decir que no se debe permitir a la gente rezar, en silencio, por su cuenta?».
Nick Fletcher, diputado por Don Valley, recordó a la cámara que las mujeres «en realidad podrían querer a alguien a quien acudir... Y si alguien está siendo coaccionada... para someterse a un aborto forzado, ese [voluntario] podría ser alguien... que realmente está ahí para ayudar».
Sir Edward Leigh, diputado por Gainsborough, expresó su opinión sobre la detención de Isabel Vaughan-Spruce antes de hacer una comparación con 1984, de George Orwell: «No había nada [que Isabel Vaughan-Spruce] estuviera haciendo que fuera obviamente acoso o de algún modo censurable. El agente de policía tuvo que entrar realmente en su mente... esto es lo que sin duda resulta bastante peligroso».