Gabriel Larrauri: «Los primeros cristianos son nuestro mejor referente en el momento actual»

Nuevo libro sobre los Primeros Cristianos

Gabriel Larrauri: «Los primeros cristianos son nuestro mejor referente en el momento actual»

El libro presenta una recopilación de textos significativos de la antigüedad cristiana que tienen un especial atractivo porque per- miten captar el mensaje cristiano en sus fuentes originarias. Conservan el sabor de la primitiva cristiandad.

(InfoCatólica) «Los primeros cristianos constituyen hoy un magnífico ejemplo para nuestras vidas». Así lo considera Gabriel Larrauri, economista e interesado en temas del cristianismo primitivo,que acaba de publicar en la editorial Eunsa, «El ejemplo de los Primeros Cristianos».

Se trata de un libro que reúne una selección de textos de los primeros escritores del cristianismo y de los Padres de la Iglesia. En él se destaca la enorme actualidad de los primeros seguidores de Jesucristo y su relevancia para el mundo de hoy.

– ¿Por qué habla del ejemplo de los primeros cristianos?

Porque me parece que son nuestro mejor referente en el momento actual. Ellos vivían en un mundo pagano, pero no se retiraron de él. Los primeros cristianos vivían en circunstancias difíciles, como nosotros. Su vitalidad no era fruto de una actitud ingenua, sino de la fuerza de su fe y el ejemplo de su caridad que a tantos atraía.

Intento que se vea la fuerza del mensaje cristiano en esos comienzos. Nada pudo contener su empuje: ni la cólera del pueblo, ni la violencia de los tiranos, ni los ataques y asesinatos cotidianos. Como un río impetuoso pasaron por encima de todo lo que estaba delante de ellos. Su vida era una apuesta en la que se jugaba el destino de la Iglesia y de los hombres. Y fueron fieles. Convirtieron un Imperio. Conformaron con su estilo de vida la sociedad de entonces y de los siglos posteriores.

Los primeros cristianos no se dedicaron, principalmente, a predicar, no tenían una estrategia de actuación sociológica, o de control y dominio cultural, religioso, etc. Vivían con total naturalidad la fe en cada minuto de su día y eso hizo que sus vidas llamasen la atención de sus coetáneos y les atrajeran como un imán. Ese es el secreto de su éxito.

– ¿En estos momentos en los que oímos hablar de persecución a los cristianos en tantos lugares del planeta, el ejemplo de los primeros cristianos puede ayudarnos en algo?

Efectivamente, en el reciente informe sobre libertad religiosa que publica la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada, el cristianismo es la religión más perseguida en el mundo, con al menos 360 millones de personas discriminadas, y el número total de cristianos asesinados por su fe en 2022 ha sido 5.621. En estos momentos, tener presente la referencia del modo de comportarse de los primeros cristianos ayuda a afrontar esas circunstancias.

La persecución no es algo que sea nuevo en la historia de la Iglesia. Seguirá sucediendo. Conocer el ejemplo de vida de los que han sabido superar esas situaciones tan adversas, llegando incluso a entregar su vida por mantenerse firmes a su fe, nos llena de fortaleza. A la vez puede movernos a defender la libertad de esas personas perseguidas, como lo hicieron los primeros apologistas cristianos, que actuaron con fuerza al denunciar las injusticias que se cometían a su alrededor.

– ¿Ser cristiano hoy sigue siendo arriesgado?

En cierto modo sí. Pienso que los primeros cristianos tienen una extraordinaria vigencia cultural, sobre todo a la hora de comprender el mundo en el que vivimos. La cultura occidental está configurada desde el cristianismo, y por tanto a partir del esfuerzo de los primeros cristianos: ellos son las «raíces cristianas» de Europa.

Sin embargo, cada vez es mayor el acoso cultural, mediático y la marginación efectiva que sufre el cristianismo. En este sentido, se podría calificar –en cierto modo– de «arriesgado» el vivir la fe de manera coherente, no solo en países donde la persecución es abierta y desoladora sino en el ambiente de países de honda raíz cristiana. En este contexto, el cristiano -y la comunidad cristiana-, si son coherentes, «se la juegan». Pero sólo si son coherentes pueden ganar la batalla, como lo consiguieron los primeros cristianos

De ahí precisamente nace la enorme actualidad de los primeros cristianos, que vivieron una situación parecida y afrontaron con toda naturalidad sus riesgos. Hoy, como siempre, un cristiano se convierte en un testigo creíble cuando vive su fe con alegría y, al mismo tiempo, comparte con los demás las dificultades que encuentra en su camino.

– ¿Realmente tienen algo que decirnos los primeros cristianos? ¿Qué nos pueden sugerir unos textos de escritores tan alejados de nosotros en el tiempo?

La selección de textos que se presenta en este libro busca dar a conocer la vida de los primeros cristianos a las mujeres y a los hombres del siglo XXI: hacernos presente el espíritu que vivieron, tal como ellos mismos lo han contado. Se pretende con este libro que los primeros escritores cristianos hablen directamente al lector, y que este diálogo directo sea enriquecedor para quien lo mantenga con ánimo abierto y oído atento.

Se trata de poner al alcance de los lectores algunos de los tesoros que se encuentran en sus escritos y que no son fácilmente conocidos por quienes no son especialistas. Estos textos de la antigüedad cristiana tienen un especial atractivo porque nos permiten captar el mensaje cristiano en sus fuentes originarias. Viajamos a los tiempos del nacimiento de la Iglesia. Nos permiten acercarnos a los primeros eslabones de esta fabulosa cadena que a lo largo de la historia ha transformado el mundo.

– ¿Podría decirnos algo sobre los escritores que podemos encontrar en este libro? ¿Qué período de tiempo abarca?

En las páginas de este libro se incluyen textos de los Padres Apostólicos y los escritores de finales del siglo I y de la primera mitad del siglo II (San Clemente de Roma, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo de Esmirna…), que son verdaderos testigos de los comienzos, ya que conectan directamente con los tiempos de los Apóstoles.

Los Padres y apologistas de los siglos II y III, que fueron auténticos defensores de la fe, ante las duras persecuciones (San Justino, Atenágoras, Teófilo de Antioquía,…) y ante la aparición de las primeras herejías (San Ireneo de Lyon, Orígenes, Clemente de Alejandría, Tertuliano, San Cipriano de Cartago…).

Y también de los grandes Padres de Oriente y de Occidente del siglo IV y de la primera mitad del V. Concretamente hasta San Agustín de Hipona (354-430).

En las páginas finales se recoge una breve «información biográfica» sobre cada uno de ellos, de modo que se pueda conocerlos mejor y hacerse cargo de las circunstancias que rodearon su vida.

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