(Diócesis de Córdoba/InfoCatólica) Monseñor Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, España, publicó su última carta semanal, en la que habla sobre la importancia de imitar las actitudes de Jesús en el desierto y luchar por vencer «todos los demonios» que atacan hoy en día en la sociedad, entre ellos, el mal del aborto.
Asimismo, invitó a sus lectores a «corregir el rumbo» y empezar su camino de conversión, pues «por este camino vamos a la ruina de la persona y de la sociedad».
Para esto, nos llama a recordar siempre que la Cuaresma tiene como horizonte la Pascua, donde el Espíritu Santo «ha sido derramado en virtud de la ofrenda redentora de Cristo»; esto nos ayudará a afrontar la realidad que se vive hoy en día.
Sobre el evangelio que será proclamado en la Santa Misa del día de hoy, el cual relata cómo Jesús logró vencer las tentaciones por 40 días en el desierto, monseñor Fernández considera que hoy, «como si se hubieran desatado todos los demonios, vemos que la mentira, la violencia, el atropello a los derechos humanos, el mal en todas sus formas aflora por doquier».
El monseñor hace énfasis en que «no podemos afrontar tanta maldad solamente con un programa político», pues «estos demonios solo se expulsan con oración y ayuno».
El obispo de Córdoba usó como ejemplo la ley de aborto aprobada recientemente en España, por la cual «se suprime el tiempo de reflexión, se rebaja la edad para cometer este ‘crimen abominable’ como dice el Vaticano II», y no se ofrece información previa a la gestante.
«Crecen los derechos de los animales y sus crías, mientras el nasciturus es despojado de todo derecho. Más aún, se proclama que el aborto es un derecho», condenó el obispo.
«Dieciocho meses de prisión por matar a una rata y se puede matar al niño en el seno materno con todas las facilidades, nos recordaba estos días Mons. Bernardito Auza, nuncio apostólico del Papa en España», añade.
Es por esto que monseñor Fernández llama a «despertar la conciencia personal y social ante la dormidera de una sociedad que parece entumecida y narcotizada», así como a practicar el ayuno y la oración con frecuencia.
Asimismo, expuso su apoyo a la campaña de 40 Días por la Vida y a otros proyectos de ayuda a los cuidados paliativos.
«La vida prevalecerá, pero la lucha encarnizada entre la cultura de la muerte y la cultura de la vida, que ya denunciaba Juan Pablo II, está librando en nuestros días una de sus más importantes batallas», finalizó.