(Cirkev/InfoCatólica) El profesor Grygiel nació en 1934 en Zembrzyce (Polonia). Estudió Filosofía en la Facultad Pontificia de Filosofía de la Compañía de Jesús de Cracovia y Filología en la Universidad Jagellónica de Cracovia. Se doctoró en Filosofía por la Universidad Católica de Lublin. Su director de tesis doctoral fue el obispo Karol Wojtyła. Más tarde enseñó en la Facultad Pontificia de Teología de Cracovia.
Tras llegar a Roma, trabajó en el Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Estudio del Matrimonio y la Familia, donde enseñó filosofía del hombre.
La revista italiana Il Timone, en la que también colaboró el profesor Grygiel, recordó su personalidad con extractos de una entrevista que concedió para el número de octubre de 2018, en la que recordaba a su amigo de toda la vida Karol Wojtyla con motivo del 40 aniversario de su elección a la Sede de Pedro. Seleccionamos algunos fragmentos de la misma.
Cristo está presente en sus testigos
El caos y las tempestades en que nos ha tocado vivir exigen que dirijamos nuestra mirada al «Redentor del hombre, centro del universo y de la historia» (Redemptor hominis, 1). En una nave zarandeada por olas terribles que nos asustan a nosotros, que somos meros navegantes, Él no duerme. En los momentos de peligro para la Iglesia, Cristo está presente en personas santas que tienen el valor de dar testimonio de la Verdad, el Camino y la Vida, sin correr el riesgo de que les cueste la vida. Uno de esos testigos es Karol Wojtyła [...]
«Lo pagarán caro»
Necesitamos su radiante testimonio del Redentor del hombre más hoy que en los años de su vida terrena. Estamos experimentando las absurdas consecuencias de sustituir la fe en Dios por la fe en una práctica técnicamente científica cuyo desarrollo escapa cada vez más a nuestro control. Los logros de esta práctica, a pesar de su fugacidad, seducen la mente y el corazón de los hombres y les imponen horizontes que están a su alcance. En un mundo que adopta esta forma, sobreviene el caos [...].
Cuando en 1966-67 escuché algunas clases de filosofía y teología en la Universidad Católica de Lovaina, me llamó la atención que el principio marxista de «la práctica precede a la verdad y la decide» sirviera de base al pensamiento de tantos profesores. [...] Confié mi desconcierto y mis temores al cardenal Karol Wojtył. Su comentario fue sucinto: «Lo pagarán caro, y desgraciadamente nosotros pagaremos con ellos». Sus palabras se hicieron realidad. [...].
El hombre que habló claro
Las personas que no dejan de creer en Dios se hacen una pregunta angustiosa: «¿Qué debemos y qué podemos hacer?». Esto me lleva a pensar en la respuesta de Juan Pablo II a la pregunta: «¿Con qué frase de la Biblia te quedarías si fuera destruida y tuvieras la oportunidad de salvar una?». Juan Pablo II respondió: «La verdad os hará libres».
La voz de la conciencia, que ayuda al hombre en los momentos difíciles, cuando no sabe qué hacer, le dice realmente: «Si no eres capaz de decir la verdad, ¡no debes mentir!». Está claro que no mentir no significa guardar silencio cobardemente. Incluso el silencio es un testimonio que se da de la verdad, cuando con él se responde a quien no se quiere. Pero callar cuando se debe hablar es una mentira tan atroz como hablar cuando se debe callar. La gente inculta no sabe cuándo y qué decir y cuándo callar para decir lo que hay que decir.
Abrir de par en par las puertas a Cristo
San Juan Pablo II derivaba todo del acto de la creación, porque sólo en la luz que procede de ella son comprensibles el universo y el hombre.
Pero el renacimiento exige que todos nos confesemos y reconozcamos culpables y responsables del caos en nosotros mismos y en los demás. Debemos hacer justicia a la verdad de nuestro propio ser para hacer justicia a los demás. Los justos juzgarán al mundo. Pero, ¿habrá al menos diez Justos, los que Abraham buscó para que Sodoma y Gomorra se salvaran por la misericordia de Dios? Las palabras de Cristo, «la verdad os hará libres», nos dicen que la misericordia de Dios opera no tanto en el ámbito de nuestra caridad, que no puede identificarse con la misericordia, como en el hecho de que damos lo que pertenece a la verdad de Dios revelada en otra persona.
Denunció la obra destructora de Francisco
El filófoso polaco denunció la labor de destrucción de la obra de San Juan Pablo II acometida por el papa Francisco. En una entrevista concedida en agosto del 2019 aseguró que el pontífice argentino «disolvió el trabajo de San Juan Pablo II con una sola frase y con la siguiente creó su propio instituto»