La editorial Puffin elimina las palabras supuestamente ofensivas de los libros de Roald Dahl

Medida criticada por Salman Rushdie y Joyce Carol Oates

La editorial Puffin elimina las palabras supuestamente ofensivas de los libros de Roald Dahl

Las ediciones antiguas de los libros infantiles de Roald Dahl podrían convertirse pronto en codiciados objetos de coleccionista. Puffin, la editorial de los clásicos del autor británico, ha eliminado todo lenguaje supuestamente «ofensivo» de sus últimas ediciones.

(Euroepan Conservative/InfoCatólica) A través de cientos de cambios, que un examen en profundidad realizado por The Daily Telegraph ha sacado a la luz, las descripciones de los personajes han sido objeto de recortes y alteraciones.

A cada uno de los libros del autor de su catálogo, Puffin ha añadido un aviso en la página de copyright; en él se afirma que, por muy «maravillosas» que sean las palabras de Roald Dahl (fallecido en 1990), «las palabras importan», y que, puesto que el libro «fue escrito hace muchos años», la editorial revisa periódicamente el lenguaje «para garantizar que pueda seguir siendo disfrutado por todos hoy en día».

A través de este afán de «inclusividad» inofensiva, adjetivos como «gordo» y «feo» caen en saco roto dentro del universo de Dahl. Por ejemplo, el glutinoso personaje de Augustus Gloop de Charlie y la fábrica de chocolate ya no es «gordo», sino «enorme». En esa misma obra, los icónicos Oompa Loompas ya no son «hombrecitos», sino «personitas».

En Los Twits de Dahl, la señora Twit ya no es «fea y bestial», sino, afortunadamente para ella, sólo «bestial».

En la medida de lo posible, también se han tenido en cuenta las descripciones «neutras en cuanto al género». Los hombres-nube de James y el melocotón gigante son ahora las personas-nube. En algunos pasajes, sin embargo, se ha optado por asignar un sexo no revelado como femenino, como «Las pequeñas zorras», el nombre de los hijos del Sr. y la Sra. Fox en Fantástico Sr. Fox, que ahora son todos hembras.

Tal vez más desconcertante, en Matilda, una mención al autor del siglo XIX Rudyard Kipling (vilipendiado en algunos círculos por su mentalidad «colonialista»), a quien la precoz niña epónima había estado leyendo, ha sido cortada y sustituida por la más políticamente correcta y, tal vez más importante, femenina Jane Austen.

Otro caso atroz de este tipo de manipulación es quizás Las brujas, un objetivo primordial, ya que el libro pinta (a un grupo selecto) de mujeres bajo una luz poco favorecedora. «Gran rebaño de damas» se convierte en «gran grupo de damas». «¡Debes de estar loca, mujer!» se convierte en «¡Debes de estar mal de la cabeza!», mientras que «la vieja bruja» se convierte en «el viejo cuervo».

Un portavoz de la Roald Dahl Story Company, que gestiona los derechos de autor y las marcas registradas de la obra del autor, afirma que no es inusual revisar el lenguaje durante una nueva impresión y que «cualquier cambio realizado ha sido pequeño y cuidadosamente considerado.» Su principio rector en todo momento, añadió, ha sido «mantener los argumentos, los personajes y la irreverencia y el espíritu afilado del texto original

Sin embargo, la explicación de la compañía no ha servido para apaciguar a los críticos, como demuestra el acalorado debate que ha suscitado la noticia, especialmente en Internet.

El célebre escritor británico-indio Salman Rushdie critica la tendencia. «Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda. Puffin Books y el patrimonio de Dahl deberían avergonzarse», escribió.

Joyce Carol Oates, una de las escritoras de ficción más destacadas de Estados Unidos, lamenta la prosa «radicalmente revisada» y señala que «si Dahl es tan atroz como para requerir un blanqueamiento (sic) al por mayor, ¿para qué volver a publicarlo?».

También se refirió a la dependencia de la editorial de los llamados «lectores de sensibilidad», que, en su opinión, «deberían considerarse colaboraciones», ya que es «injusto para los lectores que se les engañe haciéndoles creer que están leyendo la obra original».

En las editoriales occidentales, el uso de este tipo de «lecturas de sensibilidad», en las que se revisan los libros en busca de material que pueda resultar molesto, se está convirtiendo rápidamente en una práctica habitual.

Las revisiones de los libros de Dahl comenzaron en 2020 en colaboración con Inclusive Minds, que se describe a sí misma como un colectivo «para personas apasionadas por la inclusión, la diversidad, la igualdad y la accesibilidad en la literatura infantil, y comprometidas a cambiar la cara de los libros infantiles.»

Al año siguiente, Netflix adquirió la Roald Dahl Story Company, abriendo la puerta a futuras adaptaciones cinematográficas que, sin duda, serán igualmente puestas «al día».

 

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.