(LifeNews/InfoCatólica) La policía del Reino Unido ha detenido a un sacerdote católico por rezar en silencio ante una clínica abortista, en la que es la tercera detención de este tipo en las últimas semanas de personas pacíficas provida.
El padre Sean Gough permaneció en silencio sosteniendo un cartel de «oración por la libertad de expresión» cerca de un centro abortista cerrado, con el fin de protestar por los recientes casos de detenciones falsas.
Sin embargo, eso no impidió que las fuerzas del orden aplicaran una ley específicamente diseñada para silenciar a las personas provida y detuvieran al padre Gough y presentaran cargos contra él. El padre Gough fue interrogado, acusado de infringir la zona de censura que prohíbe rezar y compartir información de apoyo al embarazo.
Gough también se enfrenta a otro cargo relacionado con el aparcamiento de su coche, que desde hace algún tiempo lleva en él una pequeña pegatina de «las vidas de los no nacidos importan», dentro de la misma zona. La zona que rodea el centro, situado en Station Road, está amparada por una Orden de Protección de Espacios Públicos (PSPO) local, en vigor desde noviembre, que prohíbe rezar, distribuir información sobre servicios de ayuda a embarazadas y otras actividades provida consideradas «protesta».
Por apoyar pacíficamente la libertad de expresión dentro de la zona de censura, el padre Sean Gough fue acusado de «intimidar a los usuarios de los servicios» del centro abortista. Y ello a pesar de que todo ocurrió mientras el centro abortista estaba cerrado.
«Rezo allá donde voy, dentro de mi cabeza, por la gente que me rodea. ¿Cómo puede ser un delito que un sacerdote rece? (…) En todo momento, creí que mis acciones eran lícitas: la libertad de expresión, especialmente cuando es pacífica, está protegida en el derecho nacional e internacional», dijo el padre Sean Gough.
Cuando los agentes de policía se acercaron al sacerdote, le dijeron que no creían que estuviera infringiendo las normas. Sin embargo, más tarde el sacerdote fue invitado a una entrevista en comisaría, interrogado sobre sus acciones y finalmente acusado penalmente.
Posteriormente, la Fiscalía de la Corona retiró los cargos contra el padre Gough, pero dejó claro que podrían volver a presentarse. Al igual que Isabel Vaughan-Spruce, el padre Gough ha manifestado su intención de obtener un veredicto claro sobre los cargos que se le imputan, con el fin de limpiar su nombre.
A principios de este mes, se retiraron los cargos contra una mujer provida que fue detenida por rezar frente a un negocio abortista.
Las buenas noticias en el Reino Unido llegan tras la victoria en un tribunal federal de Pensilvania de Mark Houck, que se enfrentaba a 11 años de prisión por cargos falsos contra él por protestar pacíficamente contra el aborto.
En Westminster, los parlamentarios están estudiando legislación para introducir zonas de censura en Inglaterra y Gales. La cláusula 9 del proyecto de ley de orden público, actualmente en debate parlamentario, prohibiría a los voluntarios provida «influir», «aconsejar», «persuadir», «informar», «ocupar espacio» o incluso «expresar su opinión» en las inmediaciones de un centro abortista.
Quienes incumplan las normas podrían enfrentarse a penas de hasta dos años de prisión.
Con 150 m, las zonas de censura nacional serían mayores que un campo de fútbol (115 m). En el espacio equivalente, si un portero rezara por el otro portero -independientemente del impacto o de la perceptibilidad- sería un delito.
Las disposiciones censuradoras del proyecto de ley parlamentaria suscitaron críticas sustanciales de miembros de la Cámara de los Lores, entre ellos, el par liberal demócrata Lord Beith, que consideró la cláusula «la restricción más profunda de la libertad de expresión que jamás he visto en ninguna legislación del Reino Unido». Lord Farmer calificó la cláusula de «fundamentalmente defectuosa», y preguntó: «Cuando uno pasa por delante, ve que las vigilias suelen ser pequeños grupos de inofensivos pensionistas, en su mayoría mujeres. ¿Por qué hay que prohibirlas y silenciarlas?».
La cláusula ha suscitado una gran polémica a raíz de una declaración emitida por el Subsecretario de Estado Parlamentario poco después de que los diputados votaran a favor de incluirla, en la que admitía que «no podía decirse que la cláusula fuera conforme» con los derechos de la Convención protegidos en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La baronesa Claire Fox, que aboga por el aborto, señaló que «crear prohibiciones sobre la protesta tema por tema no es una forma adecuada de legislar. Sienta un precedente que conducirá inevitablemente a intentos de impedir la palabra, la expresión, el intercambio de información, la reunión o la defensa de creencias protegidas en torno a otros temas o en relación con otras causas controvertidas o impopulares».