(Vatican.news/InfoCatólica) El papa Francisco ha llegado a Kinshasa, en la República Democrática del Congo, primera escala de su Viaje Apostólico a África, el cuadragésimo desde el inicio de su pontificado y en el que también visitará Sudán del Sur.
El Airbus A359 /AZ2 de Ita Airways, que partió esta mañana a las 8.29 desde el aeropuerto romano de Fiumicino con destino a Kinsasa, la capital de la República Democrática del Congo, aterrizó a las 14.33 horas, en el Aeropuerto Internacional "Ndjili" tras casi siete horas de vuelo, después de recorrer 5.420 km.
Recibimiento oficial
La República Democrática del Congo constituye la primera etapa de su 40° viaje apostólico, puesto que, el 3 de febrero, el Pontífice se desplazará a Sudán del Sur para realizar una peregrinación ecuménica de paz.
Francisco es el segundo Papa que realiza un Viaje Apostólico a la República Democrática del Congo y el primero en viajar a Sudán del Sur, una nación que existe como entidad autónoma sólo desde el 2011. Mientras el Papa San Juan Pablo II había visitado el país congoleño en 1980 y en 1985.
El Papa Francisco fue recibido en el aeropuerto de Kinshasa por el Primer Ministro que lo esperaba a los pies del avión, junto a dos niños con sus vestimentas tradicionales quienes le ofrecieron flores al Obispo de Roma. Sucesivamente, el Papa y el Primer Ministro se dirigieron hacia la sala VIP, donde tuvo lugar la presentación de las Delegaciones y donde se reunieron brevemente.
Ceremonia de bienvenida
Inmediatamente después, el Pontífice se trasladó al Palacio de la Nación, distante 29 km, para realizar una visita de cortesía al presidente de la República, Félix Tshisekedi Tshilombo, y después el Pontífice pronunciará su primer discurso en su encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en el jardín del mismo palacio.
Oración por los que fallecieron en el desierto
En su habitual saludo a los periodistas, de camino a la República Democrática del Congo, Francisco dirigió sus pensamientos a los muchos que perdieron la vida y a los que fueron internados en campamentos tras cruzar el desierto.
«Ahora mismo estamos cruzando el Sáhara tengamos un pequeño pensamiento, en silencio, una oración por todas las personas que en busca de algún consuelo, de alguna libertad han cruzado y no lo han conseguido. Tantas personas sufriendo que llegan al Mediterráneo tras cruzar el desierto y quedan atrapadas en los lagers y sufren allí. Rezamos por todas esas personas.»
Antes de la silenciosa e intensa oración, Francisco se dirigió a los periodistas presentes -unos 75 periodistas de 12 países, dos de ellos africanos- para darles las gracias por acompañarle en este viaje esperado desde hacía un año.
«Es un bonito viaje, me hubiera gustado ir a Goma, pero con la guerra no se puede ir allí. Sólo serán Kinsasa y Yuba, desde allí lo haremos todo. Gracias por estar aquí conmigo, por estar todos juntos, gracias por tu trabajo, que es tan bueno, ayuda tanto porque llega a la gente, a la que le interesa el viaje, las imágenes, incluso los pensamientos, las reflexiones sobre el viaje, muchas gracias.»
Francisco lamenta no haber hecho las rondas habituales para despedirse «pero hoy», dice, «no puedo». Permanece en su sillón, sintiendo «un poco de vergüenza de que todo el mundo venga aquí, podemos -concluye- saludarnos desde lejos».
Son varios los regalos que el Papa recibe de quienes le acompañan en el viaje. La periodista Eva Fernández, de Radio Cope, la emisora de la Conferencia Episcopal Española, regaló al Papa un fragmento de roca kiwu de la que extraen el coltán y le explicó que por cada kilo extraído mueren dos personas. Luego, un fragmento de lava del volcán Nyiragongo, a unos 12 km al norte de la ciudad de Goma, que provoca catástrofes.