(CNA/INfoCatólica) La nueva política, que entró en vigor el lunes, consta de siete nuevas normas relativas a la ideología transgénero en los 17 colegios (incluidos dos institutos) y 80 parroquias de la diócesis.
La política sobre «designaciones y pronombres» prohíbe el uso de pronombres preferidos que contrasten con el sexo biológico de la persona en los campus escolares, parroquias y ministerios diocesanos. Según la diócesis, el uso de pronombres preferidos por transexuales «promueve la disociación del sexo biológico y el 'género' y, por tanto, confunde o niega la integridad personal».
Las escuelas, parroquias y organizaciones diocesanas tampoco deben permitir el travestismo, el uso de baños y vestuarios opuestos al sexo biológico de la persona, ni la competición de atletas transexuales en deportes del sexo opuesto.
Además, los estudiantes transgénero no deben ser admitidos en escuelas, campamentos o programas de un solo sexo opuesto a su sexo biológico. Los medicamentos que bloquean la pubertad o reasignan el género no deben tomarse ni distribuirse en las instalaciones diocesanas.
La política diocesana también establece que «las parroquias, escuelas y otras instituciones u organizaciones católicas deben tener siempre presente... practicar la caridad y respetar la dignidad personal de los individuos que puedan expresar tensión o preocupación por su sexo biológico». La nueva política diocesana establece que los individuos que luchan con la disforia de género deben «ser guiados a los ministros y consejeros apropiados que ayudarán a la persona de una manera que esté de acuerdo con las directivas y enseñanzas de la Iglesia.»
«Como comunidad diocesana, estamos comprometidos a defender la doctrina social católica que exige el respeto por la vida y la dignidad de toda persona creada a imagen de Dios», declaró a CNA Anne Marie Cox, directora de comunicación de la diócesis.
Según Cox, la nueva política sobre transexualidad se elaboró a petición de las escuelas de la diócesis y con la cooperación de los líderes escolares y los padres.
«Los líderes parroquiales y escolares pidieron al obispo William Joensen que proporcionara orientación ... Él compuso un grupo de trabajo para este propósito, y después de dos años de estudio, oración, escucha y consulta, se desarrolló una política que comienza con amor», dijo Cox.
Algunos respondieron a la nueva política de la diócesis con indignación. Courtney Reyes, directora ejecutiva del grupo LGBTQ+ One Iowa, dijo: «Llamar a esto 'compasión' equivale a confundir 'odio' con 'amor'. No puedes pretender ser compasivo mientras confundes el género de las personas y les niegas el acceso a todos y cada uno de los espacios bajo tu control».
La senadora demócrata por el estado de Iowa Claire Celsi atacó la nueva política de la diócesis, diciendo: «Estas escuelas quieren dólares públicos y quieren tratar a los niños de una manera que puede hacer que se suiciden. Esto no es lo que haría Jesús».
Al obispo Joensen no le sorprende la indignación de grupos e individuos que tienen «visiones diferentes de lo que contribuye al florecimiento humano», informó el Des Moines Register.