(El Mundo/InfoCatólica) El secretario de Estado para Escocia, Alister Jack, hizo el polémico anuncio de la «opción nuclear» para frenar la ley «trans» a media tarde del lunes. Aunque la medida fue aprobada en diciembre por en el parlamento escocés, el Gobierno británico ha activado por primera vez la sección 35 de la ley transferencias a Escocia de 1998 para impedir que el texto legal pueda tener el «consentimiento real».
«Mucha gente ha expresado su preocupación por la nueva ley en Escocia y por el impacto que puede tener en las seguridad de las mujeres y de la niñas», reconoció Sunak en la cuenta atrás del anuncio. «Así que pienso que es completamente razonable que el Gobierno británico haya decidido examinar la situación».
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, también cuestionó el lunes la ley escocesa: «Los 16 años es una edad muy temprana para decidir el cambio de sexo». Pese al respaldo mayotitario en el Parlamento de Escocia (donde fue aprobada por 68 votos a 39), nueve diputados del Partido Nacional Escocés (SNP) se rebelaron contra su líder y votaron en contra.
Las profundas divisiones llegaron a la galería reservada al público, donde pudieron escucharse gritos de «¡Vergüenza!» proferidos por militantes feministas. Entre ellas, la autora de Harry Potter JK Rowling, que ha calificado a Sturgeon como «destructora de los derechos de las mujeres».
«Este veto puede ser el primero de muchos», advirtió Nicola Sturgeon, en el momento de expresar su «indignación» por la maniobra obstruccionista del Gobierno británico. «Estamos ante un atraque frontal contra nuestro Parlamento y contra la voluntad de los escoceses», añadió.
La ley de Reforma del Reconocimiento de Género, que elimina la obligatoriedad del diagnóstico médico de disforia y rebaja la edad mínima a 16 años, ha causado sin embargo una profunda división en Escocia comparable a la que provoca la cuestión de la independencia.
En el Reino Unido, la edad mínima es de 18 años y el requisito del certificado médico es obligatorio. El argumento usado por el Gobierno británico es precisamente las discrepancias con la Ley de Igualdad del 2010 aplicable en todo el territorio.
«La gente que decide cambiar legalmente de sexo merece nuestro respeto, apoyo y comprensión», alegó el secretario de Estado para Escocia Alister Jack, en el momento de anunciar el veto. «No hemos tomado esta decisión a la ligera. Pero la ley habría un impacto adverso con respecto a la igualdad entre Escocia, Inglaterra y Gales».
«Si el Gobierno escocés decide enmendar la ley y someterla a reconsideración en la Parlamento regional, espero que seamos capaces de encontrar una solución constructiva que respete por igual la autonomía y la igualdad de las leyes en el Reino Unido», concluyó Alister Jack.