(GaudiumPress/InfoCatólica) Según indica La Nuova Bussola Quotidiana, al parecer la reunión de estos obispos con la Curia Romana ha sido menos ‘tormentosa’ que la habida con los prelados alemanes, a pesar de que en materia de doctrina, la deriva es muy similar.
Esto ha dicho el Cardenal Josepf De Kesel, presidente de la Conferencia Episcopal belga:
«Hemos hablado de las parejas homosexuales, hemos hablado de los viri probati, hemos hablado de la posibilidad del diaconado para las mujeres».
Sobre el rito de bendición de parejas gays, el purpurado le dio al asunto las vueltas propias de la diplomacia:
«Lo que hemos querido hacer es estructurar un poco la pastoral de manera que en cada diócesis dentro del equipo de pastoral familiar haya alguien que se ocupe del problema. En Roma hemos podido hablar de ello y nos hemos sentido escuchados: esto no significa que mi interlocutor esté necesariamente de acuerdo conmigo, pero hemos podido discutirlo. Tenemos que ayudar a estas personas, si no las ayudamos están perdidas».
Por lo demás, el cardenal De Kesel no piensa reclamar siquiera a estas parejas lo que la doctrina católica establece para las parejas de hombre y mujer que viven bajo un mismo techo sin tener un vínculo católico, y que desean recibir la comunión: «¿Se puede pedir a estas personas que vivan en castidad? Hay que ser realista…», dijo el cardenal.
Y añadió:
«He leído una posición al respecto del presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para la Familia, monseñor Phlippe Bordeyne, según la cual nadie puede ser privado de la bendición de Dios».
El cardenal flamenco indicó que quiere debatir la cuestión de la ordenación de hombres casados, «no para cambiar la disciplina de la Iglesia, el celibato; pero en ciertas situaciones ¿por qué decir no a los viri probati?».
Y en cuanto a las diaconisas, indicó:
«Según los estudios históricos, teológicos, exegéticos, parece que el diaconado femenino ha existido, e incluso con la imposición de manos, como un ministerio: no se puede negar».
El pupurado ignora el hecho, también histórico, de que había una diferencia de grado entre los diáconos y las diaconisas. En el caso de los primeros, la ceremonia era sacramental, algo ausente en el caso de ellas, que simplemente recibían una bendición.
En el caso de los obispos belgas, a diferencia de lo que ocurrió con los obispos alemanes, la Santa Sede no ha emitido ningún comunicado explicando lo que se les dijo a los prelados flamencos y el resto de obispos del país.