(The Pillar/InfoCatólica) Los cardenales presentaron sus informes a los obispos alemanes el 18 de noviembre, último día de su visita ad limina a Roma, en una «reunión interdicasterial» en el auditorio del Instituto Patrístico Augustinianum, cerca de la Plaza de San Pedro.
Los textos de los cardenales, originalmente en italiano, fueron publicados también en alemán por Vatican News.
Ouellet
En su intervención, de aproximadamente 1.500 palabras, el cardenal Ouellet comenzó elogiando a los obispos alemanes por la seriedad de su respuesta a una crisis de abusos que ha sacudido a los católicos del país y ha provocado un éxodo masivo de miembros de la Iglesia. Pero dijo que las propuestas sinodales planteaban «serias dificultades desde el punto de vista antropológico, pastoral y eclesiológico», refiriéndose a las críticas de que podrían conducir al cisma.
El cardenal canadiense dijo que entendía que los obispos alemanes no buscaban una ruptura con la Iglesia universal, sino que hacían «concesiones» bajo una «presión cultural y mediática muy fuerte», pero indicó:
«Llama la atención, sin embargo, que la agenda de un grupo limitado de teólogos de hace unas décadas se haya convertido de repente en la propuesta mayoritaria del episcopado alemán: abolición del celibato obligatorio, ordenación de viri probati, acceso de las mujeres al ministerio ordenado, revalorización moral de la homosexualidad, limitación estructural y funcional del poder jerárquico, reflexiones sobre la sexualidad inspiradas en la teoría de género, grandes propuestas de cambio en el Catecismo de la Iglesia Católica, etc».
Y advirtió:
«'¿Qué ha pasado?' y '¿A dónde hemos ido a parar?' se preguntan asombrados muchos creyentes y observadores. Es difícil evitar la impresión de que se ha aprovechado el gravísimo asunto de los casos de abusos para impulsar otras ideas no directamente relacionadas con él.»
Añadió que la vía sinodal parecía buscar la «transformación de la Iglesia» y «no sólo las innovaciones pastorales en el campo moral o dogmático», argumentando que esto «daña la comunión de la Iglesia porque siembra la duda y la confusión en el pueblo de Dios».
El cardenal acusó a los organizadores de la vía sinodal alemana de restar importancia a la carta del Papa Francisco a los católicos alemanes de 2019, en la que reflexionaba sobre los principios de una auténtica reforma.
«Después de este distanciamiento inicial del magisterio papal a nivel metodológico, surgieron tensiones crecientes con el magisterio oficial a nivel sustantivo a medida que el trabajo avanzaba en el tiempo, lo que llevó a propuestas que contradicen abiertamente la enseñanza afirmada por todos los papas desde el Concilio Ecuménico Vaticano II», dijo Ouellet, destacando el llamado de la vía sinodal a la ordenación de mujeres.
Ouellet hizo un llamamiento para que el sínodo alemán se suspenda y se siga «una revisión fundamental en una fecha posterior», a la luz del resultado del Proceso Sinodal global.
«Es evidente que el método del Sínodo mundial es diferente al utilizado en Alemania: es ciertamente menos parlamentario, más centrado en la participación general y en alcanzar un consenso basado en una profunda escucha espiritual del Pueblo de Dios», dijo.
Y añadió:
«El motivo fundamental de esta moratoria es la preocupación por la unidad de la Iglesia, que se basa en la unidad de los obispos en comunión y obediencia a Pedro. El respaldo a esta controvertida propuesta por parte de un episcopado en dificultades sembraría aún más dudas y confusión en el Pueblo de Dios».
Ladaria
En su discurso de unas 2.000 palabras -titulado «Parte de un cuerpo más grande», en referencia a la carta del Papa a los católicos alemanes- el cardenal Ladaria identificó cinco preocupaciones principales sobre el camino sinodal alemán.
La primera era que los documentos del mismo no formaban un conjunto coherente y debían resumirse en un documento final.
En segundo lugar, dijo, los textos parecían presentar a la Iglesia «desde el principio como una organización estructuralmente abusiva, que debe ser puesta bajo el control de los supervisores lo antes posible».
«En este sentido, el mayor peligro de muchas propuestas operativas de los textos de la vía sinodal es que se pierda uno de los logros más importantes del Concilio Vaticano II, a saber, la clara enseñanza de la misión de los obispos y, por tanto, de la Iglesia local», comentó.
En tercer lugar, el cardenal Ladaria dijo que los textos sugerían que «hay que cambiarlo todo» en lo que respecta a la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad, especialmente la expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica de 1992.
En cuarto lugar, argumentó que los textos no hacían justicia a la enseñanza de la Iglesia de que la ordenación sacerdotal está reservada a los hombres, sugiriendo de forma reductiva que «la dignidad fundamental de las mujeres no se respeta en la Iglesia Católica porque no tienen acceso a la ordenación sacerdotal».
En quinto lugar, el cardenal español dijo que los textos sinodales pasaban por alto un precepto del documento Dei Verbum del Vaticano II, según el cual «para mantener siempre íntegro y vivo el Evangelio dentro de la Iglesia, los Apóstoles dejaron a los obispos como sus sucesores, entregándoles la autoridad de enseñar en su propio lugar». El cardenal dijo que «no es posible equiparar esta tarea delicada y decisiva en la vida de la Iglesia Católica con otros oficios en la Iglesia, como los de los teólogos y los expertos en otras disciplinas».
Los informes de los cardenales se mencionaron por primera vez en un comunicado conjunto emitido por el Vaticano y la Conferencia Episcopal Alemana el 18 de noviembre.
El comunicado decía que los funcionarios del Vaticano «hablaron con franqueza y claridad sobre las preocupaciones y reservas respecto a la metodología, el contenido y las propuestas del camino sinodal, proponiendo, en beneficio de la unidad de la Iglesia y de su misión evangelizadora, que las peticiones que han surgido hasta ahora se incluyan en el Sínodo de la Iglesia universal».
Bätzing
L'Osservatore Romano también publicó el jueves un discurso de introducción a la reunión interdicasterial del presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Georg Bätzing.
El texto fue publicado en inglés por la conferencia episcopal alemana el 19 de noviembre.
En su intervención, monseñor Bätzing subrayó que los obispos decidieron iniciar la vía sinodal en respuesta a la crisis de los abusos.
Dijo:
«La vía sinodal de la Iglesia en Alemania no busca un cisma ni conduce a una iglesia nacional. Quien habla de cisma o de iglesia nacional no conoce ni a los católicos alemanes ni a los obispos alemanes. Me entristece el poder que ha adquirido esta palabra, con la que se intenta negar la catolicidad y la voluntad de permanecer unidos a la Iglesia universal.»
El Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, también intervino en la reunión interdicasterial con los obispos alemanes, pero su texto no se hizo público, señaló la versión alemana de Vatican News.
Los obispos alemanes se reunieron con el Papa Francisco el 17 de noviembre en un encuentro de unas dos horas a puerta cerrada. Se esperaba que el Papa asistiera a la reunión interdicasterial, pero no estuvo presente.