(Agencias/InfoCatólica) «La vida célibe es realidad en casa, donde la gente vive en comunidad», dijo Büchel, en un acto con motivo del 175 aniversario de la creación de la diócesis suiza, añadiendo que en otros países, los sacerdotes formaban una gran comunidad junto con el obispo, pero que en Suiza, en cambio, cada sacerdote dirige su propia casa y vive solo. «Nos toca buscar la manera de afrontarlo», señaló el pastor.
Según recoge el portal Katholisch, el obispo Büchel está satisfecho con el hecho de que el tema de las mujeres «esté por fin sobre la mesa» de la Iglesia, dado que hace unas décadas, las cuestiones relativas a la mujer todavía se consideraban una molestia en la Iglesia.
«El sacerdocio femenino es un proceso muy difícil»
Ahora, en cambio, el tema ocupa un «lugar destacado» en el documento de trabajo del proceso sinodal mundial que comenzará en Roma en octubre de 2023, sonde, según señaló, «Suiza está asumiendo un papel pionero». «Hemos logrado lo que es posible, lo que es también teológicamente responsable: las mujeres están también presentes en la liturgia, se les ha dado un estatus de ministros especiales».
La dificultad, reconoció quien presidía a los obispos suizos entre 2013 y 2015, está en su acceso al sacerdocio. «Este es un proceso muy largo y difícil en toda la Iglesia», aunque señaló que «las mujeres son sacerdotisas, profetisas y reinas por el bautismo».
La diócesis de Saint Gallen (San Galo) se hizo famosa por dar nombre a la conocida, en palabras del fallecido cardenal Danneels, como «mafia de Saint Gallen», formada por cardenales que se reunían en una abadía de dicha diócesis suiza, con el fin de formar un grupo de presión destinado a impedir que se nombrara Papa a Benedicto XVI.