(Vatican.news/InfoCatólica) «La acompañamos con la oración pidiéndole al Señor que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien realizado» escribe el Pontífice, que recuerda también su encuentro con ella en el Vaticano.
«En este momento de dolor por la muerte de Hebe de Bonafini, madre de la plaza, quiero estar cerca de Ustedes y de todas las personas que lloran su partida». Comienza así la carta que el Papa Francisco envía a las «queridas Madres» de Plaza de Mayo tras el fallecimiento de Hebe de Bonafini, histórica presidenta de la asociación Madres de Plaza de Mayo de Argentina, que falleció este 20 de noviembre a los 93 años de edad.
Hebe de Bonafini, escribe el Papa, «supo transformar su vida, como Ustedes, marcada por el dolor de sus hijos e hijas desaparecidos, en una búsqueda incansable por la defensa de los derechos de los más marginados e invisibilizados». «Recuerdo, en el encuentro que tuvimos en el Vaticano, la pasión que me transmitía por querer darle voz a quienes no la tenían».
El Pontífice hace presente la «valentía» y el «coraje» de Bonafini en momentos «donde imperaba el silencio», que impulsaron y después mantuvieron viva «la búsqueda por la verdad, la memoria y la justicia». Una búsqueda – recuerda el Santo Padre en la misiva – que la llevó semanalmente a marchar para que el olvido no se apoderase de las calles y de la historia y, el compromiso con el otro, fuera la mejor palabra y antídoto contra las atrocidades que se padecieron.
«En esta, su última marcha, la acompañamos con la oración pidiéndole al Señor que le regale el descanso eterno y no permita que se pierda todo el bien realizado; y, a Ustedes, las conforte y acompañe para seguir siendo las Madres de la Memoria.»
La carta, firmada fraternalmente por Francisco, concluye con la certeza de sus oraciones, y el pedido de que, por favor, no se olviden de rezar por él. «Que Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide».
Al servicio del terrorismo y del comunismo
Lo cierto es que la señora Hebe de Bonafini aprovechó su papel para hacer apología de todo tipo de regímenes totalitarios, caso de Cuba y Venezuela, así como para acusar al estado español de terrorista, situándose al lado de los terroristas presos de ETA. También se alegró de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York.
En enero de 2008 lideró una protesta que tomó la Catedral de Buenos Aires cuando el arzobispo era el actual Pontífice. La propia Hebe explicó así lo ocurrido:
«Nos clausuraron los baños de la Catedral y tuvimos que improvisar uno, detrás del altar».
Bonafini declaró luego:
«Bergoglio dijo que a las Madres de Plaza de Mayo les permite todo. La verdad yo estoy recontenta. Así que yo voy a seguir puteando porque parece que Dios me perdona. Le voy a dar con todo».
Bonafini arremetió constantemente contra la Iglesia Católica. Al fallecer el papa Juan Pablo II dijo:
«Nosotras deseamos que se queme vivo en el infierno. Es un cerdo. Aunque un sacerdote me dijo que el cerdo se come, y este Papa es incomible».
Hasta donde hay constancia, no se arrepintió de forma pública de todas esas actuaciones y declaraciones. Esa es la señora que ha sido alabada por el actual Pontífice.