(CatholicHerald /InfoCatólica) El obispo de Shrewsbury, Monseñor Mark Davies, ha dedicado una histórica iglesia de Stockport como santuario eucarístico de adoración perpetua en una importante iniciativa de oración por las vocaciones sacerdotales: «un lugar de adoración eucarística continua con la misión especial de interceder por nuevas y generosas vocaciones al sacerdocio y por la santificación de los sacerdotes».
Invitó a los católicos a que se inscriban para cubrir los turnos de oración continua desde la mañana hasta la noche.
El Santuario Eucarístico de San José fue inaugurado formalmente en una misa celebrada por el Obispo Davies el sábado 22 de octubre, fiesta del Papa San Juan Pablo II, un Pontífice que alentó la práctica de la adoración eucarística.
El obispo habló de esta nueva misión eucarística como una continuidad de la larga historia de la fe católica en Stockport. Mons. Davies agradeció a los Padres del Sagrado Corazón que han cuidado de la iglesia durante las últimas cuatro décadas y dio la bienvenida formal al Padre Sean Davidson como nuevo párroco.
En su homilía en la misa de inauguración, el obispo Davies dijo: «Esta nueva misión eucarística se inscribe en la larga continuidad del testimonio de esta iglesia situada en la cima de una colina».
«El padre Sean Davidson fue conducido a San José por un camino tan inesperado como el cumplimiento de mi propia esperanza de que una iglesia pudiera dedicarse como 'Santuario Eucarístico' fomentando un renovado amor por la Sagrada Eucaristía, dignamente celebrada y continuamente adorada.
Esta misión de adoración e intercesión responde a la invitación del Papa Francisco a que los jóvenes estén atentos al silencio de la Eucaristía para descubrir su singular vocación en la vida. Y a la de su predecesor, san Juan Pablo II, cuya memoria celebramos hoy, que invitó a toda la Iglesia a reavivar el «asombro eucarístico» en los albores de este nuevo milenio; y a entender el sacerdocio católico a la luz de la Eucaristía declarando que, «sin la Eucaristía no existimos, nos reducimos a sombras sin vida. El sacerdote nunca podrá alcanzar la plenitud si la Eucaristía no se convierte en la raíz y el centro de su vida...».
Hoy os pido que recéis para que San José siga siendo el Emaús que siempre hemos conocido, una iglesia de puertas abiertas. En palabras del Papa Francisco, que todos los que pasen por estas puertas lleguen también a un encuentro nuevo y personal con Jesucristo.
Porque aquí pedimos que todos los ojos se abran para reconocer de nuevo a Jesucristo en el Sacrificio y Sacramento de la Eucaristía. Y que muchos corazones ardan una vez más para responder a su singular llamada, especialmente la llamada al Sacerdocio, vocación de la que dependen todas las demás vocaciones cristianas».