(Fides/InfoCatólica) El pasado 18 de octubre de 2022 fueron asesinados en Manzinis dos policías a plena luz del día. Tras estos dos últimos asesinatos, el obispo Ponce de León ha emitido un comunicado en el que afirma que «los asesinatos parecen haberse convertido en parte de nuestra vida ordinaria. En Samuel 2:6 leemos que es Dios quien da la vida y la muerte. Sin embargo, algunos han decidido ocupar el lugar de Dios decidiendo quién debe vivir y quién no. Su sangre clama al cielo»
«Esta elección en favor de la muerte se ve también a través de otras formas de violencia: incendios provocados, destrucción de bienes, infundir miedo, falta de espacio para expresar el malestar si no es con gritos, llamadas a cometer más violencia», continúa el comunicado del obispo.
Ante la pregunta al obispo Ponce de León de a cuando se remonta esta situación, responde: «Recordarán que nuestro país vivió una violencia nunca vista en su historia, en particular el 29 de junio de 2021», responde el obispo de Manzini. «En ese momento, una delegación del Consejo de Iglesias (de la que yo formaba parte) se reunió con el actual presidente del Consejo (el anterior había fallecido de COVID en diciembre de 2020) y convocó un diálogo nacional para tomar nota de las razones de los gritos que venían del pueblo y cómo abordarlos». «Lamentablemente, aunque se reconoce que el país se construyó sobre la base del diálogo, éste nunca se ha producido (no se ha visto ninguna iniciativa de este tipo) para resolver la crisis actual. Además, mientras que el CCE pidió un diálogo nacional en el momento álgido de la violencia, el Gobierno cree que no puede haber diálogo si hay violencia, por lo que se ha creado un ‘círculo vicioso’». Monseñor Ponce de León expresa su temor a un recrudecimiento de la violencia porque «si el año pasado hubo una violencia de bajo nivel pero constante, ahora ésta parece aumentar de nivel, lo que nos hace preguntarnos si está en marcha una segunda ola de violencia política, cuya duración se desconoce».
Ponce de León concluye con lo que ha vivido en primera persona. «Anoche, cuando volvía de una cena con algunos sacerdotes, me encontré con un control militar que detenía a todos los vehículos que entraban o salían de la zona. Curiosamente, es el ejército (con equipo de guerra) el que lo hace y no la policía, que puede tener demasiado miedo de salir a la calle, ya que los policías también son asesinados a plena luz del día».