(Ecclesia/Infocatólica) La Comunidad de San Egidio traerá a Roma a partir del domingo a líderes políticos y religiosos para hablar sobre un tema fundamental en estos tiempos: la paz. El evento, que una vez finalizadas las restricciones por la pandemia volverá a tener una duración de tres días, del 23 al 25 de octubre, congregará a las grandes religiones mundiales en un tiempo en el que prevalece dramáticamente una realidad de guerra en Europa, junto a muchos otros conflictos que afectan a numerosos países del mundo.
«Estaremos todos juntos, en Roma, para hablar de paz. 'El grito de la paz' es el título de nuestro encuentro. Al fin y al cabo, la guerra, que hoy también afecta a Europa con la agresión a Ucrania, está haciendo mucho ruido. El ruido de las armas, de los bombardeos, el ruido que ahoga el lamento de los que sufren la guerra, de los que tienen algo que decir sobre la paz, pero su voz no puede llegar a los responsables de las acciones violentas, del comercio de armas, de las guerras mismas», dice Marco Impagliazzo en el vídeo-mensaje.
Impagliazzo ha subrayado que han decidido dar este título al Encuentro Internacional «porque la paz quiere ser un grito, suave pero firme, que quiere superar el ruido de la guerra, porque la guerra es la madre de todas las pobrezas, causa tantos desastres, primero de todo la muerte de miles y miles de personas».
El Papa Francisco estará en el Encuentro participando en la Oración en el Coliseo que se celebrará el último día, martes 25, a partir de las 16:15h: «Escucharemos su palabra que está indicando a este mundo, en este último tiempo, tantos caminos de paz».
Marco Impagliazzo ha invitado a todos a participar en persona o en línea a este encuentro: «Cuanto más hablemos de paz, más personas traerán estas instancias de paz a nivel mundial, más iremos abriendo caminos, que los hay, de diálogo, de paz, pero hay que verlos...» El objetivo del encuentro en Roma es «ver cuáles son estos caminos, para prepararlos, para que el mundo sea mejor, para que la gente se libere de este inmenso sufrimiento que es la guerra. Todos estamos invitados».