(ACI/InfoCatólica) En un reciente comunicado de prensa dado a conocer por los prelados se indica que la carta del 8 de octubre del Cardenal Justin Rigali, Presidente del Comité de Desarrollo Humano, Mons. William Murphy, Presidente del Comité de Justicia Nacional; y Mons. John Wester, Presidente del Comité de Actividades Pro-vida e Inmigración, señala tres aspectos fundamentales:
Que nadie debe ser forzado a pagar o a participar en un aborto, que la atención de salud -cuyo precio no puede ser prohibitivo- debe de estar disponible para los pobres y los más vulnerables; y que se debe responder a las necesidades de los inmigrantes.
Los prelados reiteraron su disposición a trabajar con el Congreso y la actual administración hacia una verdadera reforma de salud, pero precisaron que "si la legislación final no incluye estos principios, entonces no tendremos otra opción que oponernos a la ley".
"Sinceramente esperamos que la legislación no deje fuera estos criterios. Sin embargo, nos preocupa ver que las enmiendas que protegen la objeción de conciencia y que aseguran que el dinero de los contribuyentes no sea usado para abortos sean rechazadas en las votaciones de los comités" del congreso, afirman los obispos.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ha defendido la reforma de salud durante décadas, indicaron y precisaron que "la tradición moral católica enseña que la atención de la salud es un derecho humano básico, esencial para proteger la vida humana y la dignidad. La muy necesitada reforma de nuestro sistema de salud tiene que buscarse de modo que sirva a esta vida y la dignidad de todos, pero nunca de maneras que minen o violen estos valores fundamentales.
"Trabajaremos –concluyen– incansablemente para remediar estos problemas cruciales y para ayudar a promover una reforma real que claramente proteja la vida, la dignidad y la salud de todos".
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