(Zenit/InfoCatólica) Los obispos aseguran en un comunicado que “no podemos continuar en la incertidumbre, la tensión personal y social y en el deterioro económico. Es urgente una solución justa, pacífica y acordada que asegure la convivencia pacífica y una auténtica vida democrática”.
Indican los prelados que la presencia de los miembros de la OEA, de la Comunidad Europea y de la prensa nacional e internacional, es un signo del interés que existe en que este diálogo lleve a buen puerto la nave del país.
Este miércoles y jueves siguieron las negociaciones entre las comisiones del depuesto presidente, Manuel Zelaya, y el de facto, Roberto Micheletti, con la mediación de una comisión técnica de la OEA.
Sin embargo, las esperanzas de llegar a un acuerdo para superar la crisis de Honduras se diluían el jueves ante la renuencia del Gobierno de facto a restituir al depuesto Manuel Zelaya en el segundo día de negociaciones, lo que profundizó el pesimismo sobre una salida a la crisis.
El documento episcopal resalta que “el pueblo de Honduras tiene puestas muchas esperanzas en este diálogo nacional, las cuales no pueden quedar frustradas pues nos llevaría a una decepción grande y a una creciente tensión personal y social”.
Añade que “hemos experimentado en carne propia, en la Iglesia y en la sociedad, los sufrimientos, divisiones y violencia que esta prolongada crisis ha traído consigo”.
Los obispos manifiestan su “apoyo” al diálogo y piden a los “implicados” y “a quienes ellos representan” que “superando las tendencias particularistas cada uno se esfuerce en buscar la verdad y perseguir con tenacidad el bien común”.
“Los que se sientan a la mesa del diálogo tienen una grave responsabilidad ante Dios y ante la sociedad, que no deben olvidar ni subestimar”, advierten.
El documento, firmado por el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga y diez obispos más, puntualiza que “somos conscientes de que un acuerdo político no es la solución total a los graves problemas que aquejan a Honduras”.