(CNA/InfoCatólica) Los ataques terroristas en el estado de Benue (Nigeria) han dejado nueve muertos desde el 8 de octubre, lo que ha llevado a un obispo católico a pedir ayuda al Parlamento Europeo ante lo que, según él, es una inacción del gobierno.
Un ataque en la ciudad de Yelewata, a 32 kilómetros al norte de Makurdi, en la carretera de Abuja, tuvo lugar a mediodía del 12 de octubre y dejó seis muertos confirmados y muchos otros heridos, dijo a CNA el padre Moses Iorapuu, director de comunicaciones de la diócesis de Makurdi.
Los terroristas, que hablaban la lengua de la tribu fulani, llevaron a cabo el ataque en presencia de miembros del ejército nigeriano destacados en la ciudad.
Un grupo de unos 100 terroristas musulmanes entraron en la ciudad desde tres direcciones e intercambiaron disparos con civiles y militares durante tres horas, según el padre William Shom, párroco de Yelewata.
Unos 12 soldados y un grupo de hombres de la localidad que utilizaban pistolas artesanales de un solo tiro intentaron hacer retroceder a los terroristas que disparaban rifles de asalto y llevaban machetes, dijo Shom a la CNA. En cuanto se produjeron los disparos, la mayoría de los 3.000 habitantes de la ciudad comenzaron a recoger y dirigirse a zonas más seguras, y los que se quedaron se refugiaron por la noche en la iglesia de San José, añadió Shom.
«Los jóvenes de la localidad se enfadaron con los soldados y les exigieron que persiguieran a los terroristas en el monte», dijo Shom.
«Los terroristas tendieron una emboscada a un convoy que entraba en la ciudad el jueves por la noche, matando a un hombre», dijo Shom. «Los soldados, que dirigen un puesto de control en Yelewata y están armados con rifles de asalto, esperaron refuerzos. Cuatro camiones de infantería llegaron a la ciudad el viernes».
Benue es un estado mayoritariamente cristiano que lleva dos décadas sufriendo incursiones y masacres por parte de terroristas musulmanes refugiados en el vecino estado de Nasarawa, según el padre Iorpapuu, que acusa al ejército nigeriano de complicidad.
Desde que comenzó el repunte de los ataques de los pastores fulani armados en 2019, nunca ha habido una detención de un atacante, dijo.
El obispo hace un llamamiento al Parlamento Europeo
El 11 de octubre, el obispo de la diócesis de Makurdi denunció la crisis de Benue ante el Parlamento Europeo en Bruselas. El obispo Wilfred Chikpa Anagbe acudió a la Unión Europea en un viaje organizado por la organización benéfica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) a Alemania, Bélgica, Holanda y Eslovaquia para dar voz al sufrimiento de los cristianos en Nigeria, según un texto de AIN.
«Las cifras del gobierno del estado de Benue revelan que, hasta junio de 2022, el estado de Benue ha sufrido más de 200 ataques con una pérdida de propiedades [de] más de 500 mil millones de nairas y cerca de 2 millones de personas desplazadas y viviendo en campamentos en todo el estado», dijo Anagbe en la reunión.
«Muchos niños han visto truncada su educación, ya que sus padres, al no poder ir a sus granjas, no pueden atender sus necesidades escolares; hay una inseguridad alimentaria palpable, hay una pérdida total de la dignidad humana, ya que hombres, mujeres y niños recurren a menudo a mecanismos inseguros para sobrevivir», dijo el obispo.
Las autoridades nigerianas han adoptado una postura de escasa o nula intervención, según el obispo.
«Al menos tres sacerdotes católicos han sido secuestrados en Nigeria desde este mes de julio: El padre Peter Udo, de la iglesia católica de San Patricio, en Uromi; el padre Philemon Oboh, del Centro de Retiro San José, en Ugboha; y el padre Peter Amodu, de la parroquia del Espíritu Santo, en la diócesis católica de Otukpo», continuó diciendo el obispo Anagbe. «En todos los casos mencionados no se ha oído que les haya ocurrido nada grave a los autores».
Esta observación es similar a lo que el padre Iorappu dijo a CNA sobre los recientes ataques en Yelewata.
«Los militares nigerianos están allí, e incluso tienen un puesto de control a la entrada de la ciudad, pero están comprometidos», dijo Iorapuu. «Cientos de residentes aterrorizados se refugian en la iglesia católica romana de San José, en Yelewata», añadió.
Ataque a los agricultores que labran sus tierras
Los terroristas están asediando Gbajimbe, la ciudad natal del gobernador Samuel Ortom, para castigar al gobernador por hacer cumplir la ley que prohíbe el pastoreo abierto en el estado, dijo Iorappu a CNA.
«Llevo 20 años observando este proceso de eliminación étnica forzada por el terrorismo», dijo. «Su objetivo es conquistar a la gente para que abandone la zona. Destruyen las iglesias. Las personas que se quedan tendrán que convertirse al Islam».
En el centro de desplazados de Gbajimba, a 25 millas al este de Makurdi, la comunidad de la escuela de San Atanasio se recupera del asesinato del marido de la directora de la escuela el 8 de octubre.
La ciudad se encuentra en el Área de Gobierno Local de Guma y es el centro de cientos de pueblos abandonados de los alrededores. La ciudad alberga a cerca de un millón de desplazados internos a los que se les impide regresar a sus granjas por miedo a los terroristas armados que podrían tenderles una emboscada, dijo Iorappu.
Según Iorapuu, el sábado fueron asesinados dos parroquianos que se dirigían a sus campos para recoger yuca o ñame. Las víctimas fueron Amos Shemberga, marido de la directora de la escuela, y su amigo, Thomas Ger.
«Los habitantes de Gbajimbe tienen hambre, y se han puesto en guardia para recuperar las verduras no cosechadas», dijo Iorappu.
Yelewata, el escenario del ataque del 12 de octubre, tampoco es ajeno a los ataques terroristas, dijo Iorapuu.
«Al ser un pueblo fronterizo, Yelewata ha sufrido ataques durante mucho tiempo, incluida la quema de iglesias, lo que motivó el envío de militares para proteger a la población», escribió Iorapuu. «Sin embargo, la situación mejoró, y la gente que se había refugiado en zonas más seguras comenzó a regresar para la temporada agrícola».
«Con estos nuevos ataques, muchos han corrido hacia la iglesia católica de San José y la escuela primaria, pero otros muchos fueron vistos dirigiéndose hacia la ciudad de Daudu y Makurdi», continuó. «Daudu tiene la mayor concentración de desplazados internos [IDP]; el primer campo de IDP aquí fue establecido por la Diócesis de Makurdi en 2001».
«[En este momento], no se ha proporcionado ningún material de ayuda para los miles de desplazados y no se han realizado detenciones ni se ha obtenido una respuesta oficial del gobierno federal», dijo Iorapuu a CNA.
Feligreses traumatizados, dice el obispo
El obispo Anagbe declaró ante el Parlamento Europeo que muchos de sus feligreses y sus cuidadores están sufriendo un trauma.
«Como siempre he sostenido, es imposible mantener el equilibrio después de presenciar la masacre de personas inocentes e indefensas ante las duras condiciones económicas, a pesar de nuestro papel como ministros de Dios. El dolor es mucho y las heridas no tienen visos de cicatrizar pronto», dijo.
