(Fides) Mientras sigue aumentando el número de víctimas mortales del ataque con drones a los desplazados internos en Adi Daero, en el oeste de Tigray, registrado el 4 de octubre de 2022, el Presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki, ha cursado una invitación a los funcionarios del gobierno federal etíope y a los separatistas de la región de Tigray para que participen en unas conversaciones de paz convocadas en Sudáfrica el domingo 8 de octubre de 2022.
El gobierno etíope ha dicho estar dispuesto a la reunión con el objetivo de poner fin a los combates que han causado la muerte de miles de civiles y desarraigado a millones de personas desde noviembre de 2020, mientras que el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (Tplf) aún no ha dado ninguna respuesta oficial, a pesar de que los rebeldes ya habían declarado el mes pasado que estaban dispuestos a un alto el fuego y a un proceso de paz dirigido por la Unión Africana. La organización intergubernamental que agrupa a todos los países del continente africano reconocidos por la comunidad internacional no considera oportuno implicar a los eritreos, considerados por muchos observadores como un obstáculo para el proceso de paz. «El diálogo es la única manera de poner fin a este conflicto mortal», ha declarado Martin Griffiths, Subsecretario General de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia.
Por su parte, la Iglesia católica de Tigray ha instado una vez más a todas las redes y socios católicos, a los líderes religiosos nacionales e internacionales, a las agencias de la ONU, a las organizaciones, a los gobiernos democráticos y a la comunidad internacional, a condenar el conflicto y a llegar a la población in extremis por todos los medios disponibles. El obispo de la eparquía católica de Adigrat, Tesfaselassie Medhin, ha realizado un llamamiento a la comunidad internacional para que tome verdadera conciencia de que la guerra de Tigray es la mayor guerra activa que existe en nuestro planeta en estos momentos, y que devora el mayor número de vidas humanas. Es urgente detener el bombardeo indiscriminado de civiles inocentes y permitir el acceso humanitario sin obstáculos a todas las partes de Tigray, así como restablecer todos los servicios básicos, lograr un alto el fuego y el diálogo político para garantizar una paz duradera.
Mientras tanto, otro conflicto silencioso está en marcha en Oromia, que se extiende por el centro-oeste y el centro-sur del país, donde el primer ministro Abiy está llevando a cabo operaciones militares contra el Frente de Liberación Oromo (OLA), reclutando incluso a antiguos miembros del grupo armado.