(BLes/InfoCatólica) Una vez más, los cubanos han salido a las calles de su país a protestar por sus derechos. El pasado jueves 29 de septiembre, los ciudadanos de Cuba volvieron a manifestarse frente a los fuertes problemas que sufre la isla, en este caso, por la ausencia del servicio de luz que causó un prolongado apagón eléctrico tras un fallo total del sistema eléctrico. Y, como si el apagón masivo fuera poco, la situación empeoró con el paso del huracán Ian.
Sin embargo, las protestas rara vez toman otro camino que no sea la violencia por parte de los funcionarios públicos y policiales. Al igual que en las manifestaciones de julio del año pasado, en esta ocasión, el régimen volvió a mandar al Ejército a reprimir a la población, además de cortar las comunicaciones en el país.
En protestas pasadas, cientos de manifestantes acabaron presos injustamente y obligados a presentarse a juicios sumarios frente a la dictadura, pero esto no detiene a la población, unos 11 millones de habitantes que no se cansan de luchar.
Las protestas se originaron la tarde del jueves en La Habana, específicamente en la Calzada del Cerro, entre San Pablo y Auditor. La principal consigna utilizada fue «¡Queremos la luz!», según informa la fuente Cubanet.
Agustín Antonetti, activista por los derechos humanos, se mantuvo informando sobre los hechos a través de su cuenta de Twitter donde, en horas de la noche, registró que las protestas se extendían a otras ciudades de la isla, momento en el que la dictadura decidió enviar el Ejército a las calles y cortar el internet en toda la nación, con el fin de dificultar la comunicación dentro de la población y evitar los acuerdos para protestar.
Félix Llerena, también activista cubano, informó a la par que los manifestantes comenzaron a defenderse con piedras y palos frente a las represiones de las autoridades, cerca de la Plaza de la Revolución.
Respecto a lo sucedido, la dictadura y el tirano Miguel Díaz-Canel se mantienen en silencio hasta el momento.