(Fides/InfoCatólica) «No podemos construir nuestra nación o la Iglesia basándolas en el tribalismo: si las construimos en base al tribalismo diremos que no hay Bautismo, Comunión, Confirmación y caeremos porque es algo que nos está dividiendo», ha subrayado mons. Ameyu en su homilía del domingo 25 de septiembre durante la Santa Misa en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Torit:
«El tribalismo no puede ayudar a la Iglesia y a la nación a desarrollarse, más bien sólo llevará a algunos cristianos a dudar del sacramento».
Por ello, el arzobispo anima «a los fieles y a los sacerdotes a luchar contra el tribalismo en Sudán del Sur, porque éste es nuestro mayor enemigo, que necesita de nuestros esfuerzos colectivos para acabar con él por todos los medios».
Recordando que Sudán del Sur es «una nación nueva» que se independizó de Sudán en julio de 2011 y que, por lo tanto, tiene raíces tribales y no nacionales, el obispo Ameyu ha pedido «la intervención de Dios para luchar contra el tribalismo, porque lo que nos divide es sólo el tribalismo». «La salvación será posible para todos, seamos ricos o pobres; pero debemos cooperar para trabajar juntos, porque es realmente a través de nuestra cooperación que podemos salvarnos».
A continuación, ha insistido en la necesidad de cooperación entre el clero y los laicos, afirmando: «Si hay una mala coordinación entre el clero y los fieles, se producirán fracasos en la mayoría de las actividades de la parroquia o la diócesis».
En varias ocasiones, los obispos sursudaneses han recordado a los fieles que el tribalismo es incompatible con la fe cristiana. «Todos los seres humanos son a imagen y semejanza de Dios, ninguna tribu es mejor que otra», recordó Mons. Barani Edwardo Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio, en su mensaje para el Día Internacional de la Paz 2020.
Hay 64 tribus en Sudán del Sur. Los principales grupos étnicos son los dinka, seguidos de los nuer. No es raro oír hablar de individuos o grupos que sufren cierto trato por diferencias étnicas entre ellos y sus compatriotas sursudaneses, mientras que las principales formaciones políticas sursudanesas se dividen según la etnia de los dirigentes y militantes. La guerra civil que estalló en diciembre de 2013 enfrentó a los principales grupos étnicos del país.