(Gaudium Press/InfoCatólica) Publicado bajo el título «La persecución de cristianos ex-musulmanes en Francia y Europa», el documento estima que hasta 30.000 personas pueden sufrir algún tipo de persecución en Francia por haber abandonado el islam y abrazado la fe cristiana.
Las cifras se basan en estadísticas de la Conferencia Episcopal Francesa, que estima en 300 el número de ex-musulmanes que se bautizan en la Iglesia Católica anualmente.
Entrevistas con conversos
El ECLJ contactó con los responsables de asociaciones francesas, belgas, austriacas y británicas dedicadas a cuidar a los musulmanes que abandonan el islam para adherirse al cristianismo.
Para llevar a cabo el estudio también se realizaron entrevistas a los nuevos conversos. Las entrevistas permitieron recoger el ejemplo de cientos de casos y constatar la persecución y vulneración de sus derechos fundamentales.
Es importante señalar que ninguno de los entrevistados, con excepción de los responsables de las asociaciones, aceptó que se revelara su identidad.
Diferentes tipos de persecución
«No porque estemos en Francia estamos protegidos de la persecución, ya sea física, psíquica o psicológica», estas palabras del pastor protestante Saïd Oudjibou parecen resumir los diversos tipos de persecución que sufren los antiguos musulmanes en Francia y Europa.
En efecto, el informe explica que muchas personas sufren desprecio y, en ocasiones, son atacadas dentro de sus propias familias cuando anuncian su conversión, e incluso pueden ser expulsadas de su hogar.
Para las mujeres, la violencia puede ser aún peor. Las mujeres pueden ser forzadas a casarse -como ocurre en Pakistán-, violadas o enviadas al país de origen de la familia.
Además de la persecución familiar, existe la persecución social
Además de la persecución dentro de su propia familia, los conversos sufren intimidación y amenazas en los círculos sociales.
Saqueos de bienes, pérdida de empleo, linchamientos son también otros tipos de persecución que recoge el informe. Se da incluso el acto de decretar la «muerte social» del converso.
El acoso en las redes sociales es otro punto fuerte del informe. En entrevistas, muchos conversos dicen que prefieren mantenerse alejados de las redes sociales por temor a ser censurados por musulmanes radicales.
El estudio revela que si no todos los conversos sufren las persecuciones más violentas, es porque pueden retirarse de sus círculos familiares y sociales más fácilmente que otros, como confesaba una mujer convertida: «Tengo suerte de estar sola».
A pesar de presentar un informe más detallado sobre los musulmanes convertidos en Francia, el informe señala que en el resto de Europa la situación no es menos grave.
Además, el informe advierte que muchas asociaciones se preocupan por defender a los cristianos perseguidos en Oriente y África, pero pocas se dedican a prevenir la persecución de los nuevos cristianos en Europa.