(Agencias/InfoCatólica) Según informó Corriere del Veneto, la anciana misionera envió un mensaje de voz a su sobrina, Gabriella Bottani, quien decidió compartir las palabras de su tía horas antes de ser martirizada por los terroristas del Estado Islámico.
Según recoge la agencia ACI, en el mensaje, con voz serena y sin miedo, la religiosa explicó a su sobrina que la situación se había complicado debido a que «el grupo al que llaman al-Shabaab, los insurgentes, está muy cerca».
La misionera se refería a la organización de terroristas yihadistas Ansar al-Sunna, cuyo objetivo es establecer un Estado Islámico en África. Actualmente hay miles de víctimas de estos grupos terroristas locales, conocidos como Al Shabaab.
«El viernes atacaron un lugar de nuestra parroquia y parece que ayer entró un grupo aquí, y están muy cerca. Parece que están armados, ya han secuestrado gente, han matado a gente. Por donde pasan, hacen masacres», explicó la hermana Maria a su sobrina.
A continuación, dijo que «toda la gente de aquí está huyendo, huyendo. Hoy un padre me ha dicho que las chicas del lar (el internado que dirigen los misioneros en Chipene) vuelvan a casa y que los cuatro aspirantes a combonianas también volverán a Nampula porque hay peligro», advirtió.
Las Hermanas Misioneras Pías Madres de África, o también Hermanas Misioneras Combonianas, es una congregación religiosa católica femenina de derecho pontificio a la que pertenecía Maria de Coppi.
«La situación es triste, muy triste -continúa la misionera en el mensaje de voz-, toda la gente duerme a la intemperie en el bosque, entre las plantas, los que pueden van a los pueblos de Alua, Mazua y los centros donde están un poco más protegidos. Pero mucha gente sigue durmiendo fuera, en el bosque. Es triste», lamentó.
A continuación, en el audio de algo más de 2 minutos de duración, Maria repite varias veces que se trata «de una situación muy triste» y que «todos están escapando: enfermeras, sacerdotes, todos», también pide a su sobrina Gabriella Bottani que rece por ellos.
Por último, la misionera que decidió quedarse en la misión y no escapar de los terroristas, dijo que esperaba que Dios les protegiera a los misioneros y «a este pueblo».
«Aquí disparan. Nos vemos en el paraíso. Están quemando la casa. Si no tienes más noticias mías, aprovecho para disculparme por mis defectos y para decirte que os he querido mucho. Acuérdate de mí en la oración», pidió la hermana Maria.
«Si el buen Dios me da la gracia, te protegeré desde allí. He perdonado a los que me matarán. Haz tú lo mismo. Un abrazo», se despidió la valiente misionera.
El atentado donde Maria de Coppi perdió la vida tuvo lugar en la noche del martes 6 de septiembre en Chipene, Mozambique, país del sur de África.
La hermana María De Coppi, italiana de 84 años originaria de Vittorio Veneto (Italia), se encontraba en misión en África desde 1963.
Tras el incendio de su misión, donde los religiosos acogían a desplazados que huyen de los grupos terroristas islamistas, esta monja perdió la vida y el resto de hermanas y dos misioneros del Véneto (Italia) -Don Lorenzo Barro y Don Loris Vignadel-, pudieron salvarse.
Mártir
La agencia AICA relata que la organización yihadista publicó la reivindicación en algunas de sus cuentas de Telegram en nombre de la Provincia del Estado Islámico en África Central. El ISIS afirma haber matado a la religiosa porque estaba «demasiado comprometida con la difusión del cristianismo», según la información difundida en los medios internacionales.
«Si la afirmación es auténtica, entonces la hermana María es realmente una mártir de la fe», afirmó a la agencia misionera Fides Mons. Saure, arzobispo de Nampula, al tiempo que manifestó su preocupación porque la provincia de Nampula parece haber sido objetivo de los yihadistas, cuyas actividades se habían centrado hasta ahora en la provincia vecina de Cabo Delgado.
«Desde principios de septiembre se han sucedido los atentados en nuestra provincia», contó el arzobispo. «La población está desorientada y sufre mucho porque vive en la incertidumbre y no sabe qué hacer, muchos están huyendo pero no saben a dónde ir», señaló monseñor Saure.