(CNA/InfoCatólica) Un renombrado sacerdote y un obispo italiano dedicado a la evangelización y a la enseñanza del Catecismo serán declarado santo de la Iglesia Católica el 9 de octubre.
En el consistorio del sábado, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, anunció que el Papa fijó el 9 de octubre como fecha para la canonización del beato Giovanni Battista Scalabrini junto con el beato Artemide Zatti.
El papa Francisco aprobó previamente las canonizaciones en un grado promulgado el 21 de mayo de 2022, con la dispensa del requisito de un segundo milagro en el caso del obispo beato Scalabrini.
Apóstol del Catecismo, la caridad con los emigrantes y la Liturgia
Natural de la región italiana de Lombardía, Giovanni Battista Scalabrini (1839-1905) fue ordenado sacerdote en 1863 y nombrado obispo de Piacenza en 1876.
Como obispo, fundó los Misioneros de San Carlos Borromeo (también conocidos como Scalabrinianos). También creó la «Asociación San Rafael», que, al igual que los Misioneros, se dedicaba a ofrecer atención pastoral a los emigrantes que abandonaban Italia a principios del siglo XX.
El beato Scalabrini creía que la migración podía provocar un desequilibrio entre los países de origen y de destino. Estaba convencido de la necesidad de que las instituciones acompañaran el viaje de los emigrantes en todas sus etapas, cuidando de no cortar bruscamente los lazos culturales con la patria, manteniendo la lengua materna como vínculo de unión con los demás compatriotas.
El ya santo obispo es recordado también por atender a los pobres y a los ancianos, por ser un promotor de la adoración eucarística y del correcto canto litúrgico y por haber fundado un periódico diocesano.
En 1901, visitó a sus misioneros en Estados Unidos y fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Theodore Roosevelt.
El Papa Pío IX describió en una ocasión a Scalabrini como «el apóstol del Catecismo».
Dirigiéndose a los miembros de la Congregación fundada por Scalabrini en octubre de 2018, el Papa Francisco llamó a los religiosos a caminar con los migrantes, siguiendo el carisma de su fundador, prestando atención a la «dignidad de la persona humana, especialmente donde está más herida y amenazada».