(LifeNews/InfoCatólica) El grupo pro-vida Heartbeats realizó una encuesta entre mujeres post-abortistas. Preguntaron a las mujeres qué experimentaban después de su(s) aborto(s).
Entre las terribles consecuencias a corto y largo plazo que sufren las mujeres y que detectó la encuesta están:
- El 92% experimenta un embotamiento emocional, sintiendo menos contacto con sus sentimientos o una «necesidad de reprimir sus emociones».
- El 86% tiene una mayor tendencia a la ira o la rabia (el 48% declaró que se volvía más violento cuando se enfadaba).
- El 86% teme que los demás se enteren del aborto y tiene una mayor sensación de miedo en general.
- El 82% tiene intensos sentimientos de soledad o aislamiento.
- El 75% dice tener menos confianza en sí misma.
- El 73% indica alguna disfunción sexual (aumento del dolor durante el coito, promiscuidad, rigidez o pérdida de placer).
- El 63% experimenta negación, el periodo medio de negación que declararon fue de 5,25 años.
- El 58% tiene insomnio o pesadillas.
- El 57% tiene dificultades para mantener o desarrollar relaciones.
- El 56% experimenta sentimientos suicidas.
- El 53% aumentó o empezó a consumir drogas y/o alcohol para amortiguar el dolor.
- El 39% declara haber sufrido trastornos alimentarios que empezaron después del aborto.
- El 28% intentó suicidarse.
Si bien los medios de comunicación suelen intentar silenciar estas terribles consecuencias, de alguna u otra manera terminan saliendo a la luz, como por ejemplo con la actriz británica Emma Beck que a los 30 años de edad, abortó, luego se ahorcó, dejando a sus parientes una carta donde decía: «La vida es un infierno para mí, yo nunca debería haber abortado, habría sido una buena madre. Quiero estar con mi bebé, necesita de mí, más que nadie».
Si hay una población especialmente vulnerable a sufrir las consecuencias psíquicas de un aborto, ésta es la adolescente. La experiencia profesional constata que en muchos casos el síndrome postaborto -un cuadro clínico descrito que produce hasta 15 síntomas mentales diferentes- puede aparecer décadas más tarde y por otros motivos. En estos casos puede aparecer enmascarado por una depresión.