(Fides/InfoCatólica) Mons. Chung muestra su deseo de reconciliación de todo el pueblo coreano:
«Que llegue pronto el día en que nuestros pueblos unidos alaben a Dios y que, habiendo superado el dolor de la división por la gracia de Dios, se logre la plena reconciliación y unificación. Tomemos a Nuestra Señora como ejemplo, construyamos puentes de fe, de amor y de reconciliación».
Según informa la Oficina de Comunicación de la diócesis de Seúl con un comunicado enviado a la Agencia Fides, el prelado asegura que «la Iglesia debe desempeñar un papel importante para acercar nuevamente a los fieles que se han distanciado de Dios durante la pandemia», esperando que «la Iglesia actúe como puente de amor y unidad para que Dios pueda tocar y sanar los muchos corazones quebrantados».
En la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto, la nación coreana también recuerda y celebra el día de la Liberación, cuando Corea fue liberada del dominio japonés. Corea celebra el Día de la Independencia, conocido como «Gwangbokjeol», que literalmente se traduce como «la fiesta del regreso a la luz». La expresión es una combinación de tres letras, «Gwang», «Bok» y «Jeol», que significan «luz», «regreso» y «día de fiesta», en alusión a la restauración de la independencia nacional negada durante 35 años bajo el dominio japonés. La Iglesia coreana aprovecha estos importantes aniversarios para organizar cada año la «Peregrinación Mundial de Jóvenes por la Paz» que llega hasta la Zona Desmilitarizada, la franja de territorio en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur. Jóvenes de todo el mundo están invitados a participar en esta peregrinación que incluye momentos de reflexión y oración sobre el tema «Vientos de Paz».
La peregrinación está concebida como una ocasión para fomentar la paz entre los jóvenes. La organiza el Comité de Reconciliación del Pueblo Coreano de la Iglesia de Seúl y tiene como objetivo promover la paz en la península de Corea y en todo el mundo. Este año, los jóvenes participantes visitan Ulleungdo y Dokdo y en la Zona Desmilitarizada tendrán la oportunidad de conocer algunos de los campos de batalla más sangrientos de la Guerra de Corea (1950-1953). El evento, que incluye debates, experiencias y sesiones de formación, representa una forma de anunciar la paz de Cristo a jóvenes coreanos y de todo el mundo al implicarlos de forma activa en el proceso de reconciliación entre las dos Coreas.