(Agencias/InfoCatólica) Esta acusación, que ya habría sido cursada a Roma, como es preceptivo, se ha publicado ahora en un programa de Radio Canadá, porque se encuentra también dentro de la investigación que se sigue por una demanda colectiva contra la diócesis de Quebec. En esta demanda están representadas más de 100 presuntas víctimas, la mayoría de ellas menores de edad, que supuestamente fueron agredidas sexualmente, habiendose producido la mayor parte de los casos en los años 50 y 60.
El cardenal es uno de los señalados en esa demanda colectiva hecha pública ayer martes en Canadá y que involucra a 88 sacerdotes y empleados seglares de la diócesis de Quebec. No obstante su acusación, según prescribe la normativa canónica, habría sido hecha llegar directamente al Vaticano con anterioridad. Por otra parte, Mons. Ouellet no ha recibido ningún tipo de acusación penal hasta ahora.
Según asegura el abogado de la mujer, el modo de abrazarla en los hombros o la espalda, provocaba un profundo malestar en la joven colaboradora pastoral. Y ella ha declarado:
«Me sentí perseguida. Cada vez era más invasivo, más intenso, hasta el punto de que empecé a dejar de ir a los eventos, para intentar evitar estar en su presencia lo máximo posible».
El abogado de las supuestas víctimas ha indicado que aunque los actos de los que se le acusa al cardenal parecen ser menos graves físicamente que en otros casos citados en la petición, su impacto y las secuelas que han causado son igual de importantes:
«Es difícil imaginar que una persona de su inteligencia, en la posición en la que se encuentra, no pudiera saber lo que estaba haciendo y las consecuencias que podía tener».