(AVAN/InfoCatólica) Después de destacar al inicio de la carta, su "profunda convicción" acerca de la necesidad de la vida contemplativa para la misión de la Iglesia, de la "urgencia de su presencia" y de la "responsabilidad que todos tenemos para ello", monseñor Osoro defiende, además, que en la cultura occidental del tercer milenio la vida contemplativa "tiene pleno sentido y plena vigencia".
Por el contrario, "cuando se adormece, se cuestiona o no se la da importancia, lo que se pone en juego es el sentido mismo de nuestra vida".
Más adelante, el Arzobispo invita a "hacer presente la luz de la vida contemplativa en la sociedad actual", y para ello invita, en primer lugar, a los jóvenes a vivir la vida cristiana "sin miedos ni complejos, aquí y ahora, en el compromiso con la Iglesia que camina aquí en Valencia y que tiene necesidad de hogares de diálogo abierto con Dios".
De igual modo, describe monseñor Osoro cómo los monasterios "empapan la realidad de presencia explícita de Dios, de comunicación con Dios y con todos los hombres, son pulmones que nos oxigenan, y constituyen un reclamo, una profunda llamada al ser humano para que no olvide lo que es fundamental sin perder aquel sentido y gozo que son necesarios al existir humano".
Después de describir la fuerza y la belleza de la vida contemplativa, el Arzobispo anima a todos los sacerdotes de la Archidiócesis de Valencia a "tener la osadía de pedir y de llamar a jóvenes a que tengan la valentía y el coraje de ofrecer a Cristo toda su receptividad y capacidad para ser plenitud de Dios", y añade que "os aseguro que esto cambia el mundo, pues estimula el cambio de fundamentos".
Al término de su carta, el arzobispo de Valencia se dirige a cada joven para preguntarle "¿Te parecería una barbaridad que te dijese que con la entrega en la vida contemplativa en un monasterio, en humildad, pobreza, obediencia y virginidad, tienes un contenido mucho más revolucionario que todos los que se han ofrecido o se puedan ofrecer desde cualquier proyecto de los muchos que se presentan?"
Los cuatro siglos de presencia de las Madres Capuchinas de Santa Clara en Valencia "son historia viva de la profunda fe de los valencianos que nos invita a todos a la profunda conversión y a poner la mirada en la plenitud de la vida contemplativa", finaliza el prelado.