(SIC/InfoCatólica) Explicó, así, que es en el alma donde se coloca la sabiduría de Dios pero que en la dialéctica de nuestro tiempo se establece la sabiduría de la razón por encima de cualquier cosa y se pone al servicio del poder y de las pasiones. Sin embargo, alertó de que se plantea un fuerte reto cuando se pretende “convertir a la razón en sierva”.
Para el cardenal, a veces se manipula y se utiliza ideológicamente la sabiduría del mundo para oponerse al Amor de Dios y advirtió de que cuando al servicio de esa manipulación está el poder, “la sabiduría del mundo tiene que ser superada”. De hecho, “ser sabio en esta hora de la historia es estar expuesto a ser mártir”, afirmó.
Para superarlo, propuso la fórmula de la razón. Además, sostuvo que en estos momentos, tiene un significado especial la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, ya en Madrid, en peregrinación por la Archidiócesis y pidió a Santa Teresa del Niño Jesús y a la Virgen de la Almudena que “ayuden a los profesores y obispos a aprender el camino de sencillez y humanidad”.
José María Magaz, secretario general de la Facultad, que intervino en primer lugar, leyó la memoria del curso y recordó los actos desarrollados durante el pasado año. Hizo, además, una especial mención a Pablo Domínguez, decano de la Facultad, fallecido el pasado año en accidente de montaña.
A continuación, el profesor Alfonso Pérez de Laborda pronunció la lección inaugural de la apertura del curso y comentó su proyecto filosófico “Historia y filosofía de un proyecto” de buscar a Dios. Verdad, Bien y Belleza, son los tres aspectos que ha abordado en ella.
Después, Javier Prades, decano de la Facultad, habló de algunos retos del presente y consideró que el trabajo académico debe contribuir a la misión propia de la Iglesia. Así, se refirió al poder de la tecnociencia en materias relacionadas con la vida, las pretensiones de los “nuevos derechos” y la difusión de una religiosidad pagana. A su juicio, “hay que hacer una interpretación cultural de la sociedad a partir de la fe, Cristo como luz de las razones” y así “afrontar las raíces y consecuencias de nuestra sociedad”.
Finalmente, el cardenal Rouco tuvo palabras de agradecimiento para todos los que forman la Facultad de Teología de San Dámaso, a los obispos y a todos los presentes.
Habló de la razón iluminada a la luz de la fe, iluminado por la belleza de Cristo, y señaló la necesidad de transmitirlo a la sociedad. “Que la búsqueda de ese amor a Dios inspire el estudio de los alumnos y profesores”, concluyó.
Al acto asistieron el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, y el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río, los obispos auxiliares de Madrid, monseñor César Franco, monseñor Fidel Herráez y monseñor Juan Antonio Martínez Camino; el obispo de Alcalá de Henares, monseñor José Antonio Reig Pla; el obispo de Getafe, monseñor Joaquín María López de Andujar; y su auxiliar, monseñor Rafael Zornoza; el obispo de Huesca y Jaca, monseñor Jesús Sanz Montes; el obispo de Tarazona, monseñor Demetrio Fernández, y el obispo de Palencia, monseñor Ignacio Munilla;