(InfoCatólica) El jesuita James Martin considera que las relaciones homosexuales son moralmente aceptables. No solo no acepta la enseñanza del Catecismo al respecto, sino que se ha permitido asegurar que dicha enseñanza produce muertes por suicidio. Además rechaza abiertamente lo que la Biblia revela acerca de la homosexualidad. Y ha sido condenado por varios obispos, entre ellos Mons. José Ignacio Munilla, precisamente por ser un instrumento al servicio del pecado, pues rechaza explícitamente que los homosexuales deban llevar una vida en castidad. También está a favor de la transexualidad infantil.
Ello no es óbice para que, de vez en cuando, el papa Francisco le alabe por su labor. Acaba de volver a ocurrir.
Unas semanas después de la conferencia de Outreach LGBTQ Catholic Ministry en la Universidad de Fordham, del 24 al 25 de junio, James Martin y los organizadores del evento enviaron por correo al Papa una copia del folleto de la conferencia, junto con una carta en la que describían lo sucedido en el evento, especialmente los paneles de conversación entre personas con diversos puntos de vista. Esta ha sido la respuesta del Papa:
Querido hermano,
Gracias por la carta que me hiciste llegar hace unas semanas junto al folleto «Outreach 2022». Felicitaciones por haber podido concretar este año el evento de manera presencial.
Soy consciente que lo más valioso no es lo que aparece en los folletos y en las fotos, sino lo que ocurrió en los encuentros interpersonales. De hecho, la pandemia nos hizo buscar alternativas para acortar las distancias. También nos enseñó que hay cosas que son irremplazables, entre ellas el poder mirarnos «cara a cara», aun con aquellos que piensan distinto o con quienes las diferencias parecieran separarnos y hasta enfrentarnos. Cuando superamos esas barreras, nos damos cuenta de que es más lo que nos une que lo que nos aleja.
Los animo a sequir trabajando en la cultura del encuentro, que acorta las distancias y nos enriquece con las diferencias, tal como lo hizo Jesús, que se hizo cercano a todos.
Les aseguro mi oración. No dejen de rezar por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente,
Francisco