(RV/InfoCatólica) "Un buen pastor, un pastor según el corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios pueda conceder a una parroquia y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina", con estas palabras del santo Cura de Ars - tras referirse en especial al Año Sacerdotal, en que "estamos llamados a redescubrir la grandeza del Sacramento" de la ordenación presbiteral - el Papa hizo hincapié en la importancia de la misión de los sacerdotes. Es decir, la de ser "testimonios vivos de la potencia de Dios, que obra en la debilidad de los hombres, consagrados para la salvación del mundo, elegidos por Cristo mismo, para ser – gracias a Él – sal de la tierra y luz del mundo".
Benedicto XVI encomendó entrañablemente a todos los presbíteros a "la Virgen María, Madre de Cristo y de los sacerdotes" y les envió su Bendición apostólica.