(Katolische/InfoCatólica) Si un día, dijo el anciano Papa de 85 años, «veo que no puedo, o hago daño o soy un estorbo», espero la «ayuda» para tomar la decisión de retirarme y, llegado ese día, indicó, prefiere ser considerado simple obispo emérito de Roma antes que papa emérito. «Si sobrevivo tras la renuncia, me gustaría hacer una cosa de este tipo: confesar e ir a ver a los enfermos», afirmó.
«Gran simpatía» por Benedicto XVI
El Papa admitió que siempre creyó que su tiempo en el Vaticano sería corto. Sin embargo, han pasado nueve años. Su dolor de rodilla ha mejorado recientemente; y aunque todavía se siente «algo debilitado», aseguró nunca se le ha pasado por la cabeza dimitir por ello.
Fracisco Expresó su «gran simpatía» por la «bondad» de su predecesor Benedicto XVI, que dimitió en 2013. Benedicto XVI lleva una vida retirada en un antiguo monasterio del Vaticano desde su histórica renuncia al cargo. Y tiene ya 95 años.