(ACN/InfoCatólica) En Siria, la crisis económica desatada por los 12 años de guerra civil en el país, sigue cobrando vidas y llevando a las situaciones más extremas a la población. ACN ha decidido aumentar el apoyo brindado a esta población tan desprotegida.
Hace unos meses se llevó a cabo la conferencia «La Iglesia como casa de caridad – sinodalidad y coordinación» en Damasco donde el cardenal Mario Zenari habló pidiendo la intervención de las asociaciones benéficas en países como Siria: «¡No dejéis morir la esperanza!».
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada proporciona ayuda en varios ámbitos apoyando a la comunidad en proyectos económicos, alimenticios y de estudios. También llevarán a cabo campamentos para niños y para personas con necesidades especiales.
En Siria el costo de alimentación de una familia promedio es de 160 dólares al mes, pero los ingresos mensuales promedios son de 21 dólares.
También ayudará a las familias con subsidios para el alquiler, financiará la reparación de las iglesias afectadas por la guerra, concederá 500 becas estudiantiles universitarias.
La religiosa de la congregación Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antide Thouret, la hermana Chanaa, habló a los benefactores: «Los estudiantes son el futuro del país. Quisiera transmitir el agradecimiento de los estudiantes, quienes con su ayuda han podido continuar su educación. Que Dios os guarde y bendiga todos vuestros proyectos».
La directora de la fundación, Regina Lynch, expresó lo que pudo sentir como testigo de lo que padecen las comunidades sirias: «La desesperación es común entre los cristianos sirios. Muchos han perdido esperanza, pero la encuentran en las iniciativas de la Iglesia (…) Estamos muy contentos de apoyar iniciativas especialmente dirigidas a darle esperanza a la gente en situaciones desesperadas».
El conflicto bélico ha cambiado por completo la vida de las pequeñas comunidades cristianas, muchos han sido víctimas de abusos y atropellos por parte de los grupos armados y las autoridades del país, les han quemado sus hogares, han sido bombardeados, muchos han tenido que huir y todavía se encuentran sin rumbo y escondidos por temor a que los maten.
El país Sirio siempre ha sido preocupación para los hermanos cristianos del mundo, el Papa Francisco les envió un mensaje que decía: «Ustedes no han sido olvidados. La Iglesia sigue preocupada por su bienestar, porque ustedes son los protagonistas de la misión de Jesús en esta tierra».
