(Vatican.news/InfoCatólica) En su discurso, el Santo Padre agradeció a los miembros de la Comisión para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales, por el valioso trabajo que vienen realizando desde hace tres años atrás. Asimismo, alentó el trabajo que están a punto de concluir, es decir, un importante estudio sobre los Sacramentos, un documento que demuestra la existencia de un amplio consenso y que, con la ayuda de Dios, puede marcar un nuevo paso hacia la plena comunión. Es a partir de este tema que el Papa les dirigió tres breves reflexiones sobre el ecumenismo.
Unidos por el bautismo
El primer aspecto que resaltó el Papa Francisco fue señalar que, es en el Bautismo donde encontramos el fundamento de la comunión entre los cristianos y el anhelo de la plena unidad visible. Por medio de este sacramento podemos afirmar con el apóstol Pablo: «Todos hemos sido bautizados por un solo Espíritu en un solo cuerpo» (1 Cor 12,13). En un solo cuerpo: avanzar en el reconocimiento mutuo de este Sacramento fundamental me parece esencial para confesar junto al Apóstol «un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo» (Ef 4,5).
Unidos por los mismos sacramentos
De ahí deriva el segundo aspecto, es decir, que entre las Iglesias que comparten la sucesión apostólica, el amplio consenso constatado por su Comisión no sólo sobre el Bautismo, sino también sobre los demás Sacramentos, debería animarnos a profundizar en un ecumenismo pastoral. En este sentido, el Pontífice recordó los diferentes acuerdos pastorales firmadas con algunas Iglesias ortodoxas orientales desde 1984 hasta nuestros días. «Todo esto fue posible – precisó el Papa – mirando la realidad concreta de los miembros del Pueblo de Dios y su bien, superior a las ideas y diferencias históricas: la importancia de que nadie se quede sin los medios de la Gracia».
Unidos por la vivencia común del día a día
El tercer aspecto que resaltó el Papa Francisco se refiere al ecumenismo que experimentan muchos creyentes en la vida, en el día a día de sus familias, de su trabajo, de sus conocidos cotidianos. Y a menudo experimentan juntos el ecumenismo del sufrimiento, en el testimonio común del nombre de Cristo a veces incluso a costa de sus vidas:
«Por tanto, el ecumenismo teológico debe reflexionar no sólo sobre las diferencias dogmáticas que han surgido en el pasado, sino también sobre la experiencia actual de nuestros fieles. En otras palabras, el diálogo sobre la doctrina podría adaptarse teológicamente al diálogo de la vida que se desarrolla en las relaciones locales y cotidianas de nuestras Iglesias, que constituyen un verdadero lugar teológico. A este respecto, para aumentar el conocimiento fraterno, acojo con satisfacción su iniciativa de promover visitas de estudio de jóvenes sacerdotes y monjes de cada Iglesia.
Este es el camino, reunirse fraternalmente para escucharse, compartir y caminar juntos. Y es bueno involucrar a las generaciones más jóvenes, activas en la comunidad local, en el acercamiento de nuestras Iglesias, para que el diálogo sobre la doctrina proceda junto con el diálogo de la vida».
Finalmente, el Santo Padre les renovó su gratitud por su visita y, a través de ellos, envió sus saludos a sus venerables y queridos hermanos jefes de las Iglesias ortodoxas orientales. Asimismo, el Pontífice destacó que, la siguiente fase de su diálogo se centrará en la Virgen María en la enseñanza y la vida de la Iglesia. Ya desde ahora encomendamos su trabajo a la intercesión de la Madre de Dios. La audiencia terminó con la invocación a la Virgen María.