(ACIPrensa/InfoCatólica) El Obispo Auxiliar de México, monseñor Héctor Pérez Villarreal, durante una conversación con jóvenes que se encontraban en capacitación para recibir el sacramento de la Confirmación, resaltó la importancia de reconocernos como hijos amados por Dios, recordando un testimonio en el que, gracias a la Confesión, una joven desistió del suicidio.
Monseñor Pérez habló acerca de este testimonio en un video publicado el 23 de mayo por la Arquidiócesis Primada de México. En el video, comenta cómo una chica se le acercó al finalizar la misa de la tarde con intenciones de confesarse.
Cuando llega el momento, la joven le dice: «me vengo a confesar porque me voy a ir a suicidar». A lo que monseñor Pérez le pregunta: «¿por qué te quieres suicidar?», y ella responde: «es que ya no le importo a nadie. He hecho cosas tan feas que estoy segura de que cuando mis papás sepan, no me van a querer».
El padre comenta que trató de convencerla de que «Dios la amaba y que sus papás le iban a amar, que tuviera confianza».
Después de haber conservado con ella durante una hora, la joven se mantenía firme en su decisión de confesarse para luego recurrir al suicidio, a lo que el obispo señala: «pues no se la podía dar porque solamente puedo absolver los pecados de los que te arrepientes y ella no estaba arrepentida».
Recuerda entonces que «se enojó mucho conmigo. “Me tiene que dar la absolución”, me decía. Y yo (le decía) “no, porque te amo, porque Dios te ama”».
Un rato después, ya el padre Pérez no podía seguir con la confesión puesto que le tocaba celebrar misa, a lo que le responde a la chica: «mira, vete ahí a la capilla. Yo voy a ir a celebrar Misa. Si cuando regrese estás en la capilla significa que quieres la absolución y que te arrepentiste de suicidarte. Si no estás en la capilla fue porque te fuiste a suicidar y pues ni modo. Pero no te puedo dar la absolución».
«Y ahí estoy yo rece y rece toda la Misa para que la Virgen la cuidara», asegura.
Monseñor Pérez indica que la joven «pensaba que nadie la quería. Que por lo que había hecho, nadie le iba a querer», reflexionando: «¿Se fijan en lo importante que es creer que nos quieren? Porque sí la querían, claro que la querían sus papás. Y claro que la quería Dios».
Al finalizar la misa, la joven ya no se encontraba en la capilla. «Entonces ya me fui muy triste al templo», comenta.
Sin embargo, al retornar al interior de la iglesia, la encontró ahí, a lo que le preguntó qué había pasado y ella responde: «me metí en la capilla y me aburrí. Y me fui a fumar un cigarro. Y después, pues algo me hizo regresar a la capilla».
El prelado mexicano asegura que fue la Virgen María quien le hizo volver.
Del mismo modo, la joven le explica: «regresé a la capilla y estaba una señora llorando, porque se había muerto su hijo. Y en ese momento entendí que mi mamá iba a llorar mucho si yo me mataba. Y entendí que ella sí me iba a querer».
Así, el obispo concluye: «Por eso es importante la pregunta: ¿Creen que Dios los ama? Porque si lo creen, van a poder sobrevivir a cualquier cosa. Pero si no lo creemos, entonces (por) cualquier cosilla ya vamos a querer salir de esta vida».