(ACIPrensa/InfoCatólica) En vista de los numerosos tiroteos que se han ejecutado recientemente en los Estados Unidos, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) se ha organizado para enviar una carta al Congreso no solo expresando su lamento por lo sucedido sino también pidiendo a los legisladores tomar medidas severas en el asunto para detener la violencia armada en el país. Para ello, proponen medidas como la prohibición total de armas de asalto para los civiles.
En la carta enviada al Congreso, firmada por cuatro presidentes de Comités de la USCCB, indican: «Instamos a todos los miembros del Congreso a que reflexionen sobre la compasión, que sin duda sienten todos ustedes, y actúen a la luz de los trágicos eventos. Hay algo profundamente equivocado en una cultura en la que estos actos de violencia son cada vez más comunes».
Entre los trágicos sucesos ocurridos recientemente, se encuentra un tiroteo escolar ejecutado en Uvalde, Texas, por un joven de 18 años quien se adentró en una escuela primaria para luego asesinar a tiros a dos maestras y 19 infantes del cuarto grado.
Tan solo unos días después, el primero de junio, se presenció otro tiroteo en Tulsa, Oklahoma, que dejó un saldo de cinco muertos y numerosos heridos.
Asimismo, en los estados de Buffalo, Dallas y Laguna Woods se han llevado a cabo varios tiroteos recientemente.
Mediante su carta enviada el 3 de junio, los obispos estadounidenses afirman que, para detener estos fuertes sucesos arrebatadores de vidas inocentes, es sumamente necesario que el Congreso tome con prontitud «acciones concretas», incluyendo la «aprobación de medidas razonables de control de armas».
Del mismo modo, aseguran que las medidas se deben plantear tomando en cuenta todos los aspectos de la crisis, entre ellos: «la salud mental, el estado de las familias, la valoración de la vida, la influencia de las industrias del entretenimiento y los juegos, la intimidación y la disponibilidad de armas de fuego».
Para esto, en la carta se incentiva a los parlamentarios a apoyar particularmente dos proyectos de ley del 2021 orientados a mejorar el proceso de verificación de antecedentes de armas (H.R.8 y H.R. 2377).
Los obispos también aprovecharon la ocasión para mostrar su apoyo a una Ley federal de protección contra riesgos extremos, la cual permitiría que los ciudadanos presenten peticiones especificas a los tribunales para retirar armas de fuego a personas peligrosas para los demás o para ellas mismas.
Para la USCCB es lamentable que, en los 10 años que han pasado desde las abundantes muertes de niños en Sandy Hook, el Congreso «ha hecho muy poco para regular estas armas y prevenir otra catástrofe».
«Hacemos un llamado urgente a los miembros del Congreso para que trabajen juntos de manera bipartidista para hacer que estos horribles ataques tengan menos probabilidades de volver a ocurrir», exhortan las autoridades eclesiásticas.
Asimismo, dentro de la carta se aborda el punto de la facilidad que hay en Estados Unidos para acceder a un arma de fuego, alegando que es ilógico que en el país «una persona necesite varios requisitos para solicitar un trabajo, pero no para comprar armas de asalto de estilo militar».
«Apoyamos una prohibición total de las armas de asalto y limitaciones en el acceso civil a armas de alta capacidad y cargadores de municiones. Los datos muestran que las limitaciones en los cargadores de alta capacidad pueden reducir la cantidad de personas muertas en tiroteos masivos hasta en un 38 %, y las heridas hasta en un 77 %.8», precisan en la carta.
Además de ello, ven necesario medidas «que controlen la venta y el uso de armas de fuego, tales como verificaciones de antecedentes para todas las compras de armas».
«Pedimos que el Congreso apruebe una ley federal para criminalizar el tráfico de armas. Esto es de particular importancia ya que Estados Unidos no solo sufre violencia doméstica con armas de fuego, sino que es un importante exportador internacional de armas», complementan los obispos.
Finalmente, los obispos estadounidenses destacan que, aunque la reducción de portaciones de armas pueda contribuir a la disminución de tiroteos masivos, el problema raíz de que ocurran tan frecuentemente se encuentra en «en el debilitamiento de la familia», pues este tipo de situaciones «amenazan el crecimiento maduro de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el progreso moral».
«Muchos de los perpetradores de violencia masiva en las escuelas han experimentado traumas en la infancia, incluida la inestabilidad familiar y el sufrimiento, o han sido testigos de abuso físico, abuso emocional o abuso de sustancias», explican.
Por esto, la carta también menciona la importancia y urgencia de cuidar los sistemas familiares y facilitarles «un mejor acceso y aumentos en los recursos para la atención de la salud mental y las intervenciones más tempranas».